Los obispos alemanes, contra el crucifijo (obligatorio) en espacios públicos - Alfa y Omega

Los obispos alemanes, contra el crucifijo (obligatorio) en espacios públicos

La decisión del presidente de Baviera es más bien «una expropiación por parte del Estado de un símbolo de la fe», asegura el cardenal Marx

Rosalía Sánchez

«Es motivo de división y de inquietud, pone a unos contra otros». Estos son los motivos por los que el presidente de la Conferencia Episcopal Alemana, el cardenal Reinhard Marx, ha criticado la decisión del presidente de Baviera de exigir desde el 1 de mayo la presencia de crucifijos colgados en la entrada de todos y cada uno de los edificios de la administración bávara. En una entrevista concedida al diario de Múnich «Süddeutsche Zeitung», el cardenal Marx afirma que «si la cruz es entendida como un símbolo cultural, es que no se ha entendido, es más bien una expropiación por parte del Estado de un símbolo de la fe», y ha recordado que la cruz es un «símbolo de la oposición a la violencia, a la injusticia, al pecado y a la muerte, pero no una señal contra otras personas».

Marx reconoce que «el debate social sobre la cruz es importante, pero todos deberían poder participar, no solo cristianos sino también musulmanes, judíos y aquellos que realmente no son personas religiosas».

La iniciativa de Markus Söder, que acaba de sustituir a Horst Seehofer en la presidencia de Baviera y que se enfrenta a unas elecciones regionales en otoño en las que se propone placar el ascenso del partido populista antieuropeo Alternativa para Alemania (AfD), ha recabado numerosas críticas desde diversos sectores católicos.

Cardenal Reinhard Marx, arzobispo de Múnich (Baviera) y presidente de la Conferencia Episcopal Alemana

«Principio rector»

Los obispos alemanes insisten en que es deber del Estado permitir la articulación de la experiencia religiosa, «pero no el contenido de las creencias». «El Evangelio no puede ser reducido a la política práctica, aunque sí debería, desde un punto de vista cristiano, constituir un principio rector para que la política respete la dignidad de cada ser humano, especialmente de los más débiles. El que cuelga una cruz en una pared, debe ser juzgado por estos estándares», ha afirmado el cardenal Marx.

Rosalía Sánchez / ABC. Berlín