Gentes: Matthieu Dauchez, sacerdote, director de la Fundación ANAK-Tnk (en Mendigos de amor) - Alfa y Omega

Para amar de verdad, para amar a lo grande, ¡hay que empezar por odiar! No hay amor auténtico sin odio. El amor se entiende a veces de manera mediocre, está como aseptizado. Hay que llorar porque el mal no es odiado. El mandamiento de amar al prójimo es también un mandamiento de odio, porque si amas a tu prójimo, odiarás todo mal que se oponga a ese amor. Jesucristo nos podría decir: ¡Odiad! Odiad vuestro pecado, odiad los pecados de los unos y los otros. El pecado no merece más que nuestro odio; hay que odiar hasta el amor.