«Soy simplemente un peregrino» - Alfa y Omega

«Soy simplemente un peregrino»

Benedicto XVI es ya Romano Pontífice emérito. Poco después de las 5 y media de la tarde, dirigía unas palabras a quienes habían acudido a recibirle en Castel Gandolfo. Fueron, tal vez, las últimas imágenes que el mundo va a tener de él. «Ya no soy Sumo Pontífice de la Iglesia Católica -decía-. Soy simplemente un peregrino que inicia la última etapa de su peregrinación en esta tierra. Pero quisiera una vez más, con mi corazón, amor y oración, con mi reflexión, con todas mis fuerzas interiores trabajar por el bien común y el bien de la iglesia y de la humanidad. Me siento muy apoyado por vuestra simpatía. ¡Vayamos juntos hacia delante con el Señor para el bien de la Iglesia y del mundo! Os imparto con todo mi corazón mi bendición. Gracias y buenas noches»

Redacción

«Vosotros sabéis, que el día de hoy es distinto al de otras veces precedentes», recordaba el todavía Papa, dirigiéndose a quienes habían acudido a despedirse de él. «Ya no soy Sumo Pontífice de la Iglesia Católica (hasta las ocho aún lo seré, luego ya no)». Menos de tres horas después, la Sede de Pedro quedaba vacante.

Benedicto XVI había llegado en helicóptero a Castel Gandolfo. Televisiones de todo el mundo retransmitieron las imágenes de su marcha del Vaticano ofrecidas por el Centro Televisivo Vaticano. Está previsto que el ya Papa emérito regrese al Vaticano dentro dos meses, seguramente ya sin cámaras, cuando concluyan las obras en el monasterio Mater Ecclesiae.

Muchos no pudieron contener las lágrimas en la despedida, incluido el secretario personal y Prefecto de la Casa Pontificia, monseñor Georg Gaenswein. Era el propio Benedicto XVI quien más sereno aparecía. Sus últimas horas en el Vaticano transcurrieron según las pautas normales. El Papa almorzó frugalmente, como suele hacer, en torno a la una de la tarde. Y luego, posteriormente descansó un rato, antes de quitarse el anillo del pescador, y entregárselo al camarlengo, el cardenal Tarcisio Bertone, que ha sido su Secretario de Estado.

Benedicto XVI salió después de los apartamentos pontificios. En torno a las 5, el Pontífice se despidió en el Patio de san Dámaso de sus colaboradores de la Secretaría de Estado y del cardenal camarlengo Tarcisio Bertone y ante un piquete de honor de la Guardia Suiza subió al automóvil, que lo llevó al helipuerto del Vaticano.

En lo alto de la colina vaticana, antes de subir al helicóptero que lo trasladó a Castel Gandolfo, el Papa saludó al cardenal decano, Angelo Sodano. Benedicto XVI voló acompañado de monseñor Georg Gaenswein. Mientras sobrevolaba la ciudad eterna, todas las campanas de Roma repicaron en homenaje al Papa.

Las campanas le saludaron también en Castelgandolgo, donde fue recibido por el cardenal Giuseppe Bertello, el alcalde y el párroco de la pequeña localidad donde está ubicado el Palacio Pontificio, la residencia veraniega de los Papas. Poco después, Benedicto XVI hizo su última aparición en público como Papa, asomándose al balcón principal del palacio para saludar a los fieles que allí se habían congregado.

A las 8 de la noche, la Guardia Suiza, encargada de custodiar al Santo Padre, se retiró de la entrada principal, cerrando la puerta del Palacio de Castel Gandolfo y dando inicio a la Sede Vacante.

RV / Redacción

Éstas fueron sus palabras en Castel Gandolfo

Queridos amigos soy feliz de estar con vosotros, rodeado por la belleza de la Creación y de vuestra simpatía, que me complace. Gracias por vuestra amistad y afecto.

Vosotros sabéis, que el día de hoy es distinto al de otras veces precedentes. Ya no soy Sumo Pontífice de la Iglesia Católica (hasta las ocho aún lo seré, luego ya no).

Soy simplemente un peregrino que inicia la última etapa de su peregrinación en esta tierra.

Pero quisiera una vez más, con mi corazón, amor y oración, con mi reflexión, con todas mis fuerzas interiores trabajar por el bien común y el bien de la iglesia y de la humanidad.

Me siento muy apoyado por vuestra simpatía. ¡Vayamos juntos hacia delante con el Señor para el bien de la Iglesia y del mundo!

Os imparto con todo mi corazón mi bendición. Gracias y buenas noches.