La justicia libera el barco de la ONG Proactiva Open Arms, inmovilizado por presunto tráfico de migrantes - Alfa y Omega

La justicia libera el barco de la ONG Proactiva Open Arms, inmovilizado por presunto tráfico de migrantes

El juez de Ragusa (Italia) ha invalidado la orden de secuestro que pesaba sobre el barco de rescate de la ONG española Proactiva Open Arms. Sin embargo, la justicia italiana continúa investigando a la organización por presunto tráfico de migrantes y asociación criminal. La ONG, criminalizada desde hace meses por diferentes autoridades europeas, se dedica al rescate de inmigrantes en el mar

Redacción
Desembarco en Pozzallo de los 218 inmigrantes tras el que la justicia italiana ordenó la inmovilización del barco de la ONG española. Foto: REUTERS

El juez instructor de la localidad siciliana de Ragusa (Italia), Giovanni Giampiccolo, ha invalidado la orden de secuestro que pesaba sobre el barco de rescate de la ONG española Proactiva Open Arms, lo que permitirá que el remolcador y sus voluntarios puedan volver a ejercer las tareas de rescate en el Mar Mediterráneo.

La retención se produjo el pasado 18 de marzo en el puerto de Pozzallo, en la isla italiana de Sicilia, tras el desembarco de 218 inmigrantes que se encontraban a la deriva en el Mediterráneo y que fueron rescatados por el barco español. Entonces, la justicia italiana abrió diligencias contra la jefa de misión, Anabel Montes, el capitán, Mark Reig los que acusaba de favorecer la inmigración clandestina.

En su escrito, el magistrado de Ragusa hace un recorrido cronológico de los hechos. Giampiccolo explica que la ONG se negó a entregar a los libios a los migrantes socorridos, a pesar de que la Guardia Costera de Libia había asumido la responsabilidad de la operación, y a atracar en un puerto de Malta, como se le ordenó. No obstante, el juez argumenta que la «desobediencia a las directivas impartidas por las autoridades dispuestas para la coordinación de los rescates» se debió a «una justificación del estado de necesidad».

Malta y Libia, puertos inseguros

En este sentido, argumenta que ni Malta ni Libia eran puertos seguros para el desembarco de los migrantes que habían sido rescatados en el Mar Mediterráneo. Sobre el primero, cree «decisivo» el hecho de que no se disponga «de ninguna información de una efectiva y concreta disponibilidad de Malta para acoger los inmigrantes».

Sobre Libia, Giampiccolo explica: «No puede ser considerado seguro un lugar donde hay un serio riesgo de que la persona pueda ser sujeta a la pena de muerte, tortura, persecución o sanciones, tratamiento inhumano o degradante o donde su vida o libertad estén amenazadas por motivos de raza, religión, nacionalidad, orientación sexual, pertenencia a un grupo social determinado o de orientación política».

Además, es clara la «falta de una prueba sobre la existencia de un lugar seguro en territorio libio (…) con capacidad para acoger los migrantes socorridos en las aguas de su competencia en el que se respeten sus derechos fundamentales».

Continúa la investigación

A pesar de la liberación del barco, tal y como ha explicado en su cuenta de Twitter el fundador de Proactiva Open Arms, Óscar Camps, «las investigaciones de la fiscalía de Catania por organización criminal y la de Ragusa por fomentar la inmigración ilegal continúan».

En este sentido, Camps ha asegurado que «seguimos necesitando todo el apoyo».

Apoyo del Papa

La labor de la ONG española, que en los últimos meses ha sufrido una fuerte campaña de desprestigio por parte de las autoridades europeas, ha sido apoyada sin embargo por el Papa Francisco.

Hasta en tres ocasiones el Pontífice ha recibido en audiencia al fundador de Proactiva Open Arms. El último encuentro entre ambos se produjo hace un año, el 22 de abril de 2017. En aquella ocasión, el Santo Padre le dedicó 45 minutos [a Trump, por ejemplo, solo le dedicó 27 minutos]. Camps ilustró con detalle la crisis humanitaria que su ONG toca con la mano todos los días. Las historias de los refugiados muertos en el mar, tratados simplemente como números. El Papa cogió papel y bolígrafo y anotó un nombre. Él mismo concertó una reunión para el activista con su colaborador más cercano en materia migratoria.

Ya en mayo de 2016, el fundador de la ONG y Francisco se encontraron al término de una audiencia general. Entonces, Óscar Camps le entregó al Papa un chaleco salvavidas de una niña a la cual no alcanzó a rescatar de la muerte. Tanto le impactó aquella historia que Francisco colgó la triste reliquia en una de sus salas de reuniones.