El cardenal Rouco: «La Iglesia no es resultado de iniciativas humanas» - Alfa y Omega

El cardenal Rouco: «La Iglesia no es resultado de iniciativas humanas»

El cardenal arzobispo de Madrid, Antonio María Rouco Varela, presidió el domingo la solemne Misa de Acción de Gracias por el Pontificado de Benedicto XVI, en la catedral de La Almudena. Durante su homilía, el cardenal dijo que Benedicto XVI ha ejercido el servicio pastoral «hasta el límite de sus fuerzas», y que «no ha renunciado por debilidad o buscando su propio bien, sino el bien común de la Iglesia»

José Antonio Méndez

Sólo unas horas antes de que los cardenales se reúnan en Roma para las primeras Congregaciones Generales que preceden al cónclave, y a las que asistirá el arzobispo de Madrid, el cardenal Rouco señaló que «la Iglesia no es resultado o producto de iniciativas humanas, ni se sostiene ni apoya en el poder del hombre, tampoco en su capacidad organizativa y ni siquiera en los sistemas jurídicos que pudiera diseñar según su propio arbitrio», sino que se sostiene por la vida que recibe «del Señor Jesucristo, su Cabeza y Pastor invisible: ¡su divino Fundador!».

Era una Misa de acción de gracias por los últimos 8 años de un Papa que nos ha «ayudado a enraizar y edificar mas hondamente en Cristo la vida de nuestros jóvenes, nuestra propia vida; gracias por habernos fortalecido en la firmeza de la fe católica que ha iluminado y confortado a nuestros mayores en la rica y caudalosa trayectoria de nuestra historia bimilenaria en la que nunca se ha perdido la esperanza».

Una hora histórica

En estos momentos de perplejidad por la decisión de Benedicto XVI, y de expectación ante la elección del próximo Papa, el cardenal Rouco señaló que «el Señor se encuentra en la Iglesia, vigilando y asegurando que su travesía nos conduzca al buen puerto de un nuevo y fecundo capitulo de su historia divino-humana más que milenaria. Un capítulo, en el que brillará con creciente intensidad el esplendor de la verdad de Jesucristo, el Salvador del hombre: ¡el capítulo de la nueva Evangelización!».

La luz del Evangelio «nos infundirá, al mirar al futuro de nuestros hijos, la clarividencia de la fe, la fuerza de la esperanza y el ardor del amor auténtico que tanto necesitamos para afrontar victoriosamente el reto de la crisis histórica ante la que nos encontramos. Una crisis de verdadera y fraterna humanidad: ¡crisis del hombre que dio la espalda a Dios!», destacó.

Además, el arzobispo de Madrid explicó que «la sucesión de Pedro permanece viva e inalterable en el Obispo de Roma, que preside el Colegio de los Obispos, Sucesores de los Apóstoles, unidos y obedientes a El en la unidad de la doctrina de la fe y en el servicio pastoral a la comunión».

Días de oración fervorosa

Asimismo, destacó que «hemos vivido y aún estamos viviendo días intensos de acción de gracias al Señor por la Iglesia, por el don de ministerio del Sucesor de Pedro, Vicario de Cristo y Pastor de la Iglesia Universal, por el que fue hasta anteayer nuestro Santo Padre Benedicto XVI. Han comenzado ya los días de la plegaria fervorosa y perseverante de toda la Iglesia por el nuevo Sucesor de Pedro: ¡el nuevo Pastor, que el Señor quiera regalarnos! Un Papa dispuesto a ejercer el officium amoris con la entrega del Crucificado y con la alegría del Resucitado».

El cardenal finalizó su homilía pidiendo a la Virgen de La Almudena por «los electores del nuevo Obispo de Roma y Pastor de la Iglesia Universal», para que «sigamos fielmente» la inspiración del Espíritu Santo. «¡Que toda la Iglesia se deje iluminar y encender por el Espíritu Santo en el amor a Jesucristo y a nuestros hermanos los hombres!».