Feliz Pascua - Alfa y Omega

«¿Qué es eso de feliz Pascua?». Al cruzarme con un compañero de trabajo, en la oficina, nos saludamos efusivamente y nos felicitamos el uno al otro. Se hizo silencio a nuestro alrededor. Miradas de perplejidad. Luego llegó la explicación, interrumpida por un «supersticiones» y un «¡pues vaya!». Ellos habían disfrutado de las vacaciones de ¿Semana Santa?… «¿No será verdad que hayáis ido a Misa todos los días, nooo?».

La caridad se mide por la capacidad de entrega. Y, viendo que la mejor catequesis es la de la sonrisa, hemos optado por no discutir, aunque sí por contarnos, en voz audible, lo felices que nos hace sabernos salvados por Jesucristo, necedad para los racionalistas, absurdo para los relativistas, motor para los creyentes.

Yo he aprendido a leer el amor en la grandeza de la liturgia, a conocer la alabanza en el cuidado del incienso, a ver el servicio en el cuidado de cada paso. Pensaba que solo el fondo era importante y he descubierto la forma. Me hace feliz.

Canto mal, tirando a muy mal; no acierto, aunque me den el tono. El cirio me pesaba hasta el dolor de espalda (andaba muy preocupado en no tocar la pintura para que no se corriese); del pedestal al baptisterio iba temblando… porque portaba la Luz de Cristo. Y la luz, la Luz, me cogió de la mano para dejarme llevar por la grandeza, para dejarme ayudar por los acólitos, que, dicho sea, me salvaron la vida con el incienso, para saber cuándo hacer qué y disfrutar de la noche santa de la Pascua.

¿Que qué es eso de «feliz Pascua»?: pues que dejarse hacer es recuperar el pulso de la vida, es habitar la orilla de la orilla, es saber que todo cobra sentido en el camino de Jesús, en la verdad de Cristo, en la vida del Mesías salvador. No dejarse cegar por las ambigüedades de lo conveniente, en conceptos abstractos como bien común, solidaridad o democracia, para sentirse recogido en las obras de misericordia, especialmente en cuatro de las espirituales: enseñar al que no sabe, corregir al que se equivoca, perdonar las ofensas… y soportar con paciencia las incomprensiones de los que nos acompañan. Él lo hizo más y mejor; Él lo hace más y mejor. ¡Feliz Pascua!