El bautizo de una budista de 16 años - Alfa y Omega

El bautizo de una budista de 16 años

José Calderero de Aldecoa

Luna Catalina Teresa de Calcuta Benítez Puentes tiene hoy nombre de católica, pero, sin embargo, nació en Temuco (Chile) en una familia budista. Así, la joven creció «bajo los ritos y mantras budistas. A pesar de ello, jamás me sentí budista», ha explicado en un testimonio difundido por la Conferencia Episcopal de Chile.

Su primer contacto con la Iglesia Católica se produjo cuando tenía tan solo 5 años. La pequeña iba con su padre por la calle cuando «vi mucha gente entrando en una iglesia. Yo también quise entrar, así que mi padre me llevó». Hasta el día de hoy «recuerdo esa Misa de la que, según cuenta mi padre, una vez dentro, no me quise ir y me quedé hasta el final».

La vida de Luna Catalina continuó igual después de aquella primera y única Misa, hasta que con 8 años sucedió algo inexplicable tanto para ella como para sus padres. Un día cualquiera, «estaba en la terraza de mi casa, contemplando la puesta de sol. Vi entonces que las nubes se abrían y me mostraban un lugar indescriptible lleno de castillos dorados y jardines».

Ante tan extraña visión, la joven salió corriendo en busca de sus progenitores «para que vieran lo que le había pasado a la puesta de sol. Cuando llegaron me miraban extrañados mientras yo, eufórica, les apuntaba el cielo, en el que, según ellos, no había nada». También su vida continuó del mismo modo a pesar de esta intuición del paraíso. Una existencia, según Luna Catalina Benítez Puentes, a la que «le faltaba sentido» y en la que «no me sentía completa» a pesar de los «retiros budistas que hacía».

Lo único que llamaba la atención de la joven eran «las palabras y la vida de Santa Teresa de Calcuta de la que mi padre me mostraba videos porque sentía una gran devoción hacia ella». Y esa cantinela interior volvió a resonar con fuerza cuando ingresó en el Colegio de Humanidades de Villarrica (Chile), de inspiración cristiana y fundado por el sacerdote Juan Cancio.

Allí, «en las Misas y oraciones» propias del centro escolar, «fue donde conocía a Dios». También influyó «una amiga católica», que fue quien «me acompañó a mi primera catequesis cuando decidí que me quería bautizar». Desde ese mismo momento, «sé que el Señor siempre me ha estado llamando para que sea su hija y viva una vida católica».

Así, Luna Catalina Benítez Puentes fue bautizada el sábado, durante la Vigilia Pascual, en la catedral de Villarica. En el momento de entrar a formar parte de la Iglesia Católica decidió añadir a su nombre una referencia a Teresa de Calcuta, «para recordarme que, viviendo en la simpleza, ayudando, amando y haciendo feliz a las personas cada vez que pueda y a todos aquellos que me rodean encontraré la verdadera felicidad y riqueza».

Benítez Puente, de 16 años, asegura estar «muy feliz» por su Bautismo y por «unirme a la Iglesia. He rezado mucho para llegar hasta aquí. Ahora les pido a ustedes que recen por mí para que sea fiel en este camino que comienzo».