Pascuas al alcance de los niños - Alfa y Omega

Pascuas al alcance de los niños

Sofía y Santi han pasado esta Semana Santa en distintas pascuas con sus familias. Mateo e Inés se han quedado en su pueblo. Pero todos han aprendido, con distintas actividades, lo que significa realmente la Muerte y Resurrección de Jesús

María Martínez López
Foto: Emmanuel Calo

Somos Mateo e Inés, y tenemos 10 y 8 años. Hemos pasado la Semana Santa en nuestro pueblo, Yepes (Toledo). Vamos a los oficios al convento de las Carmelitas, donde Mateo es monaguillo. Nuestros momentos favoritos son el lavatorio de los pies en Jueves Santo, y cuando vamos a besar la cruz el Viernes Santo. El sábado por la noche vamos a la Vigilia Pascual, y cuando Jesús resucita tocamos unas campanas.

En nuestra parroquia, de Lunes a Miércoles Santo hay una pascua infantil que nos ayuda a entender mucho mejor las celebraciones de estos días. Cada año nos ponen una película distinta, y hacemos actividades sobre ella. Este año era El príncipe de Egipto, sobre Moisés y cómo liberó al pueblo judío. Eso está relacionado con cuando Jesús nos salvó. Por ejemplo, en un taller nos explicaron que Jesús es el cordero que nos salva con su sangre, igual que los israelitas se salvaron en Egipto poniendo la sangre de un cordero en su puerta, antes de poder salir de allí con Moisés.

En otro taller, nos explicaron los mandamientos y nos dieron un papelito para que escribiéramos tres cosas que tenemos que mejorar de nuestra relación con los demás. Eso nos ayudó a confesarnos el martes por la tarde. Además, el lunes nos vestimos de hebreos con unos pañuelos para hacer una procesión infantil con la imagen de la Borriquita. El martes, hicimos una yincana para transformar un corazón de piedra que teníamos en uno de carne. Y el Miércoles Santo terminamos la pascua con un festival.

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Foto: Pepe Montalvá

Hola, me llamo Sofía, tengo 8 años y vivo en Valencia. Esta Semana Santa he estado en Cercedilla, en Madrid, después de un viaje largo con toda la familia. Hemos celebrado la Resurrección de Jesús con otras familias de los escolapios. Durante estos días he participado en muchas celebraciones, incluso llevé un rato la cruz en el vía crucis. La cruz empezó blanca pero la llenamos en cada estación de gomets, colores, tiritas, pegatinas y piedras. Otro momento que me gustó mucho fue la Vigilia Pascual, porque hicimos una hoguera y llevamos velas.

Por la mañana teníamos talleres-oración en los que preparamos flores, aprendimos canciones nuevas y jugamos con globos al Tú puedes. Consiste en intentar que el globo no se caiga al suelo pero, si se cae, se lo das a otro y le dices «tú puedes». Ha sido una oportunidad de conocer a otros niños y niñas, con los que he jugado al escondite, el pilla-pilla, y juntos construimos una casa con troncos. Además hemos hecho muchas actividades como cucañas, búsqueda de huevos de Pascua y también un tren de chocolate para la Vigilia Pascual que estaba muy rico y que después compartimos con los mayores.

He aprendido que Jesús, a pesar de ser muy bueno, murió injustamente en la cruz con una corona de espinas. La suerte es que resucitó y demostró que la Vida vence a la muerte y que esto significa que todos podemos cambiar a mejor. Y, aunque algún día hemos recordado la muerte de Jesús, han sido unos días muy divertidos y alegres.

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Foto: Julia Cuevas

Hola a todos, soy Santi y tengo 10 años. He ido con mi familia y con la parroquia de Buen Suceso (Madrid) a una pascua misionera en Ibros, en Jaén. Al principio no entendíamos muy bien por qué se llamaba misionera. Es que el párroco tiene que atender varios pueblos y, como nosotros íbamos con dos sacerdotes que celebraban los oficios en Ibros, él podía ir a los demás sitios. Además, como ese sitio está un poco abandonado, nosotros le dimos marcha. Al final, las señoras se acercaban a darnos las gracias.

Tuvimos mucha suerte de que viniesen unos seminaristas. En total, éramos 112 personas. Dormíamos en dos casas grandes, y mis padres y otro matrimonio se pasaron casi todo el día en la cocina, preparando la comida para todos.

Aprendimos mucho, porque por las mañanas los seminaristas nos daban catequesis. Además, jugábamos y teníamos tiempo libre. El Viernes Santo hicimos un vía crucis, y el sábado fuimos andando a Baeza, que está a tres kilómetros, para visitar una ermita de la Virgen. Luego, por la tarde, hicimos unas olimpiadas por equipos. En la Vigilia Pascual, gracias a uno de nuestros curas, Alfonso, pude hacer de monaguillo junto a un chico del pueblo. Después, hicimos una fiesta.

Recomiendo a todas las parroquias hacer una pascua misionera en familia. Fue la primera vez que muchas personas, incluyéndome a mí, supimos qué era la Pascua. Nos dimos cuenta de qué hizo Jesús de verdad, no como si nos lo imaginásemos. Así que realmente vivimos la Pascua.