«Seré costalero en la primera procesión infantil de Burgos» - Alfa y Omega

«Seré costalero en la primera procesión infantil de Burgos»

Los niños serán los protagonistas este sábado en la procesión del Amor y la Esperanza de Burgos. Alejandro, costalero, y David, de la banda infantil, nos cuentan cómo es ser cofrade desde pequeño

María Martínez López
Alejandro toca la corneta durante una procesión el año pasado. Foto: Jenaro Fernández

Alejandro, de 11 años, tenía solo 5 cuando entró en la banda infantil de la Real Hermandad de la Sangre del Cristo de Burgos y Nuestra Señora de los Dolores en Burgos. Le viene de familia: su padre es costalero; es decir, una de las personas que llevan las imágenes durante las procesiones. También su madre pertenece a la hermandad. Alejandro empezó con el tambor. Hace dos años pasó a la banda de mayores, donde toca la corneta. Ahora tiene una nueva misión: ser costalero de la Virgen del Socorro en la procesión infantil que su cofradía va a celebrar este año por primera vez.

Luis Manuel, el responsable de la hermandad, nos cuenta que esta idea y la de hacer una banda infantil buscan «transmitir a los niños la tradición cofrade y sus valores cristianos. Antes, solo venían a ver las procesiones. Nosotros pensamos que es bueno que participen más. Así, cuando crezcan, lo seguirán haciendo».

La procesión infantil será una de las primeras de la Semana Santa burgalesa, el sábado por la mañana. Su nombre completo es procesión del Amor y de la Esperanza. Luis Manuel nos explica que han elegido este nombre porque el amor de Dios y la esperanza que nos da la Muerte y Resurrección de Jesús son el núcleo del cristianismo. Además, «es algo que se vive en cada familia: los padres dan amor a sus hijos, y los hijos transmiten esperanza a sus padres. Esto lo puede vivir cada familia. Por eso la procesión está abierta a todos». De hecho, han invitado a los niños de las demás hermandades y cofradías, y también a los que no están en ninguna.

Llevarán la imagen de la Virgen del Socorro. «Es una talla del siglo XV, que representa cómo María cuida a los niños –continúa el prior–. En su honor se fundó una de las primeras cofradías de Burgos, aunque la devoción se perdió con el tiempo. Nosotros hemos restaurado la imagen, que estaba bastante dañada. Muchas personas han colaborado haciéndole ropa nueva y un paso preparado para que lo puedan llevar doce niños».

David y su tambor en la catedral de Burgos. Foto: Charo del Álamo

«Nos esforzamos por Jesús»

Uno de ellos es precisamente Alejandro. «Cuando pidieron costaleros voluntarios yo me ofrecí –nos cuenta–. Me hacía mucha ilusión ser como mi padre». Sabe que no es fácil llevar un peso grande entre varias personas. «Hace dos semanas tuvimos el primer ensayo. Nos colocaron por alturas, y luego nos explicaron que a cada sonido del tambor hay que dar un paso. Tenemos que empezar con el pie izquierdo, e ir todos a la vez».

Además, Alejandro seguirá saliendo con la banda en las otras dos procesiones de su cofradía. «Me gusta mucho tocar instrumentos, y me hace ilusión que mi familia y amigos vengan a verme. Además, es una forma de agradecerle a Jesús el haberse sacrificado por nosotros. Por eso tenemos que esforzarnos al máximo» para que salga todo bien.

David, de 7 años, saldrá en la banda infantil en las procesiones. Su familia es de la parroquia de San Gil, donde tiene su sede la Hermandad de la Sangre. «Empecé en la banda hace dos años, porque mis primos Juan, Jorge y Pedrito también están», recuerda. Él, cuando los veía, siempre decía a sus padres: «Yo quiero tocar el tambor».

«Cuando empieza el cole en otoño, comienzan también los ensayos los domingos –explica–. Cuando llega la Semana Santa, nos vestimos con túnica blanca, una tela que se llama babero con una cruz azul y roja, un cinturón y una medalla. Los de la banda infantil vamos los primeros, delante de la imagen. No me canso nada».