Andrew Hyatt: «Al público le llegan las historias con corazón y calidad» - Alfa y Omega

Andrew Hyatt: «Al público le llegan las historias con corazón y calidad»

Después de dirigir dos thrillers, Andrew Hyatt (Colorado, 1982) se embarcó en la actualización del cine de inspiración bíblica. Llena de gracia (2015) abordaba los últimos días de María y las primeras tensiones en la comunidad cristiana. En Pablo, el apóstol de Cristo, que llega a los cines este viernes, Hyatt continúa profundizando humanamente en los pilares de la Iglesia primitiva: Pablo (James Faulkner), Lucas (Jim Caviezel), Aquila (John Lynch) y Priscila (Joanne Whalley)

María Martínez López
Andrew Hyatt charla con James Faulkner durante el rodaje de Pablo, el apóstol de Cristo. Foto: Sony Pictures

Pablo, el apóstol de Cristo toca algunos temas muy actuales: el perdón a uno mismo y a los demás, el dilema de los cristianos perseguidos entre quedarse en Roma, luchar o huir; o la obra caritativa de los cristianos hacia los grupos sociales «descartados», una alusión que no parece casual… [risas] ¿Estos paralelismos estaban en su mente desde el principio, o fueron surgiendo al investigar para el guion?
Solo quería ser fiel a la historia y a la Escritura. Y es asombroso cómo esta última refleja exactamente lo que pasa hoy en el mundo. Es algo más que nos recuerda que la Escritura está viva, que no son solo viejas leyendas o fábulas, sino que tiene la misma relevancia hoy que hace 2.000 años. Hoy sigue habiendo cristianos perseguidos en el mundo que experimentan exactamente lo mismo que la Iglesia en sus primeros siglos. También mucha gente vive luchas internas en torno al amor y al perdón. Nunca tuve la intención de introducir estos temas. Estaban ahí, y subrayan lo pertinente que es para el mundo de hoy la historia de Pablo y de la primera comunidad cristiana.

La cinta se aproxima al final de la vida del Apóstol de los Gentiles. Se está preparando también otra película sobre él, protagonizada por Hugh Jackman. ¿Por qué resulta tan atractiva su figura?
Creo que la historia de Pablo es muy significativa para muchos de nosotros. Cómo pasó de esa situación de rebelión contra Dios a tener un encuentro, enamorarse de Cristo y de la fe, y salir a cambiar el mundo… Nos recuerda cuánto nos quiere Dios, cuánta gracia y misericordia tiene reservada para nosotros, y que no hay nadie que esté fuera de Su alcance. Y, por supuesto, se podría decir que después de Cristo es la segunda figura más relevante del Nuevo Testamento. Así que creo que siempre seguirá siendo interesante.

¿Se busca también, en él, una referencia común para católicos y protestantes?
Yo soy católico y mi mujer es hija de un pastor evangélico. Somos una familia ecuménica, y uno de mis objetivos era precisamente hacer una película ecuménica: que cualquiera, de cualquier tradición religiosa, pudiera ver esta película y sentir que le habla.

¿Por ese mismo motivo no hay apenas ninguna mención a san Pedro en su película, a pesar de estar ambientada en la Roma del siglo I?
En realidad, ya me centré en Pedro y en su relación con María en mi anterior película, Llena de gracia. En esta cinta, quería concentrarme en Pablo, Lucas y los cristianos del primer siglo.

En los últimos años, se ha multiplicado el número de películas religiosas. Varios grandes estudios cuentan con divisiones especializadas en este género, como Affirm Films, de Sony, que está detrás de Pablo. Las empresas cinematográficas incluso contratan a consultoras especializadas para que publiciten sus productos entre los creyentes. ¿Cree que este interés puede realmente influir en la industria del entretenimiento en general, o es solo una estrategia para llegar a un sector del mercado?
Creo que al final a los estudios de Hollywood lo que les interesa es el balance de resultados. Si es bueno para el negocio, continuarán haciendo estas películas. Pero es emocionante tener apoyo de empresas como Sony y Affirm Films para poder contar estas historias de la forma que le interesa al público.

Pero, además de llenar las salas de cristianos convencidos, ustedes querrán llevar su mensaje a un público más amplio. ¿Cómo lograrlo?
Durante bastante tiempo, desgraciadamente, las películas cristianas no tenían demasiada calidad. Ahora que se producen tantas, los cineastas tienen la responsabilidad de hacer películas estupendas, con buenas interpretaciones y cinematografía. Es lo que llega al gran público: contar una buena historia con humanidad y corazón, y con una calidad excelente. Esto es para todos.

Llena de gracia y Pablo son las primeras películas de una serie de inspiración bíblica que pretende aprovechar las nuevas formas de distribución a través de Internet, plataformas digitales… para llegar más directamente al público. ¿Es una vía a la que los creadores cristianos deben prestar más atención?
Vivimos en una época maravillosa para los cineastas y los narradores en general. Con la cantidad de vías de distribución diferentes que existen hoy, no tienes que hacer solo grandes películas para las salas de cine. Esto hace que haya muchas más oportunidades para contar todo tipo de historias. Durante años, la Iglesia ha estado en el centro mismo de la cultura y las artes, y me encantaría que volviéramos a estar en posición de ofrecer la verdad al mundo de forma auténtica y real.