Cecilia Estrada: «A veces, los periodistas presentan al inmigrante junto a conceptos de ilegalidad o irregularidad» - Alfa y Omega

Cecilia Estrada: «A veces, los periodistas presentan al inmigrante junto a conceptos de ilegalidad o irregularidad»

María José Orellana
Cecilia Estrada, doctora en Migraciones Internacionales y Cooperación al Desarrollo, durante la XI Semana de la Pobreza y la Exclusión. Foto: María José Orellana

La coordinadora de la Cátedra de Refugiados y Migrantes Forzosos-Inditex de la Universidad Pontificia Comillas, Cecilia Estrada, participó en la XI Semana de la Pobreza y la Exclusión, organizada por Cáritas diocesana de Asidonia-Jerez del 12 al 14 de marzo–, con una ponencia sobre La categoría del inmigrante. Estrada analizó cómo representan los medios de comunicación al migrante y habló de la necesidad de fomentar en la opinión pública una mirada crítica más allá de los estereotipos.

¿Cómo muestran los medios de comunicación la realidad de los migrantes?
Los medios nos transmiten información, nos la venden, porque evidentemente somos una sociedad compradora de información. A menudo, los periodistas presentan al inmigrante junto a conceptos de ilegalidad, irregularidad, lo unen a la persona que acaba de llegar y ¿quién es el que acaba de llegar? El último en la estructura social. En definitiva, describen del mismo modo a un colectivo que no es nada homogéneo y que tiene muchos matices.

¿Nos ofrecen entonces, los medios, una única mirada sobre la movilidad humana?
No, existen diferentes discursos que se ven reflejados de manera variopinta, según las líneas editoriales, en los medios de comunicación y en la sociedad en general. Los periodistas y los medios pertenecen a la sociedad, no están excluidos y trasmiten ese imaginario colectivo que todos y todas creamos cada día. Si nos asomamos a la noticia podemos ver cómo se generan determinados discursos gracias a esa información vertida antes en la sociedad.

¿Cuáles son esos discursos y qué imagen ofrece cada uno de los migrantes que llegan?
Yo distingo entre el discurso solidario, funcionalista, desconfiado y excluyente. En cuanto al primero, está a favor del inmigrante y habla desde la empatía, mientras que el segundo considera al migrante mano de obra. Este discurso dice sí a la migración para que desempeñen trabajos como el de la recogida de la aceituna, como cuidadores… trabajo poco remunerado pero necesario. No contempla que desarrollen trabajos cualificados incluso aunque esas personas tengan conocimientos y formación suficiente. En cuanto al discurso desconfiado tiene una percepción de amenaza continua, mientras que el excluyente rechaza a las personas migrantes y les niega todo tipo de participación en la sociedad.

¿Cómo puede afrontar el ciudadano este impacto informativo y conseguir tener una mirada crítica?
Estamos encarando un cambio social importante en el que la información se está moviendo de una forma distinta, en muchos casos unidireccional, y es muy complicado que exista una respuesta directa hacia el medio. Nos convertimos en receptores absolutos de toda la información, de los estereotipos y de todos los paradigmas formados dentro del medio. Tenemos que tener en cuenta todas las voces y asumir el compromiso de abrirnos a la oportunidad de digerir toda la información, ya que nos ayudará a entender que las personas migrantes o refugiadas tienen dignidad y no están obligadas a aceptar lo último que esta sociedad les puede dar.

Foto: María José Orellana

Es decir, ¿no solo es responsabilidad del emisor?
La responsabilidad es mía y de cada uno de nosotros al informarnos y tenemos que saber a quién nos acercamos. Dime de quién te informas, de qué manera lo haces, de qué forma consumes esa información y sabremos qué es lo que tienes dentro de la cabeza. Seamos más críticos, indaguemos más, y seamos capaces de distinguir entre lo que sí importa y lo que no.

¿Cómo cambian las redes sociales el panorama mediático?
La forma de informarnos está cambiando tremendamente y creo que es importante saber gestionar las redes sociales para no acabar en una burbuja. Somos libres de seguir a determinadas personas o cuentas, y no a otras, pero podemos llegar a aislarnos de todo el resto de información, no tener el cuadro completo. Además, esto merma nuestra capacidad de confrontar, no desde el enfado sino desde el diálogo, de una forma inteligente y racional, debatir las ideas y no combatirlas.

En definitiva, ¿la dinámica actual podrá llegar a insensibilizarnos ante esta problemática?
Cuando creemos que lo sabemos todo sobre un tema, nos cansamos y por supuesto, las nuevas informaciones dejan de aportar novedad. Solo nos suenan números. 130 personas náufragas, 50 personas rescatadas, 26 personas llegan… Hay un momento en el que la gente desconecta y mete todo en un mismo cuenco. No diferenciamos porque, todo suena a lo mismo, por agotamiento informativo.