Amo tu ausencia - Alfa y Omega

Cuando me dispongo a salir de urgencias, me dice una auxiliar de enfermería: «Un padre y su hijo acaban de traer a su esposa y madre en parada cardiaca. Acaba de fallecer». Allí me fui y le administré el sacramento de la Unción de enfermos por si aún vivía, como dicen los curas antiguos.

Salí a la puerta a encontrarme con su desconsolado esposo, hecho un mar de lágrimas y lamentos, y solo me puse a su lado para que pudiera desahogarse y expresar su dolor. Después de diez minutos sin hablar, solo sintiendo su llanto y suspiros, comenzó a expresar sus recuerdos, a sus hijos, como tuvieron que vivir como emigrantes y que la vida allí no les resultó sencilla… Tuvieron que volver a su tierra y vivir con una pequeña pensión de su mujer y la ayuda de Cáritas. Pero, sobre todo, me contaba cómo la amaba y cómo habían compartido sus mejores años de vida, siendo el consuelo y el apoyo el uno del otro en medio de tantos sinsabores que les había tocado vivir. Ahora, a los sesenta y pocos y delante de su esposa fallecida se encontraba muy solo; casi podría decirse que estaba viviendo el dolor de la ausencia, culpando a su esposa muerta de su propia soledad.

«Qué solo me has quedado», repetía. «No siento tanto el que te hayas muerto sino el dolor que tu ausencia produce en mi corazón y lo solo que me dejas casi sin avisarme». Qué verdad es esta y cuánto dolor produce, aunque seamos un poco egocéntricos, pero quién no lo es ante tanta angustia y desesperanza de vivir sin la persona a la que amas y, sobre todo, sin el amor que ella te aportó.

Los acompañó hasta que llevan el cadáver a necropsia y tiendo mi mano, que es correspondida con el abrazo de Antonio, con un «gracias, amigo, por su compañía»; le respondí: «de nada, amigo, ya ves que solo estuve ahí, a vuestro lado, sin decir palabra. Solo parafraseando alguna de las tuyas para que supieras que eras escuchado y apoyado». Porque el dolor por la ausencia solo puede experimentarlo aquel que ha amado, gozado y compartido la vida con el que se fue.