«La religión y la fe no son un espectáculo, sino el Espíritu Santo que obra en los corazones» - Alfa y Omega

«La religión y la fe no son un espectáculo, sino el Espíritu Santo que obra en los corazones»

«De la admiración», los judíos pasan a albergar el «deseo de matar» a Jesús. «Querían el espectáculo». Para Francisco esta actitud se produce «porque nos resistimos a asumir que alguno de nosotros pueda corregirnos»

Redacción
El Papa Francisco celebra la misa matutina en la capilla de la Casa de Santa Marta. Foto: Vatican Media

Dios actúa en el mundo. Su acción es constante pero nada espectacular. El Señor se sirve de las pequeñas cosas del día a día. Este ha sido el principal mensaje del Papa en su homilía de la Misa celebrada esta mañana en la Casa Santa Marta. Para ilustrar sus palabras, el Pontífice ha recordado la curación de Naamán el sirio, episodio narrado en la primera lectura de la Misa de este lunes 5 de marzo. «Va a ver a Eliseo para ser curado» y este le dice que se bañe siete veces en el Jordán. Ante la poca dificultad de lo que le pide el profeta, Naamán «se enoja, se irrita y quiere volver sin hacerlo». Según el Santo Padre, «este hombre esperaba el espectáculo», pero el estilo de Dios es otro, Él «cura de otro modo».

Lo mismo sucede con Jesús cuando regresa a Nazaret y va a la sinagoga. Inicialmente «la gente lo miraba», «estaba asombrada» y «contenta», ha explicado el Papa. «Pero jamás falta un charlatán que comienza a decir: “Pero éste, éste es el hijo del carpintero. ¿Qué nos enseña? ¿En qué universidad estudió éste?.¡Sí! Es el hijo de José”». Esto provoca el cambio de actitud de la gente, hasta el punto de que quieren matarlo. «De la admiración, del estupor», pasan a albergar el «deseo de matarlo. También éstos querían el espectáculo». Para Francisco esta actitud se produce «porque nos resistimos a asumir que alguno de nosotros pueda corregirnos».

Los judíos esperaban a un Mesías espectacular que obrara prodigios inimaginables. «“Para corregirnos debe venir uno con espectáculo”». Pero «la religión no es un espectáculo, la fe no es un espectáculo», sino «la Palabra de Dios y el Espíritu Santo que obra en los corazones», ha subrayado Bergoglio.

Cambiar el modo de pensar

Con estas lecturas, ha explicado el Pontífice, la Iglesia nos invita a cambiar el modo de pensar. «Se puede recitar todo el credo y los dogmas de la Iglesia, pero si no se hace con espíritu cristiano no sirve para nada». En este sentido, ha lanzado a los fieles varias preguntas: «¿Con qué espíritu pienso yo? ¿Con el espíritu del Señor o con espíritu proprio, el espíritu de la comunidad a la que pertenezco o del grupito o de la clase social de la que formo parte, o del partido político al que pertenezco? ¿Con qué espíritu pienso yo?». Hay que «ver si yo pienso verdaderamente con el espíritu de Dios y pedir la gracia de discernir cuándo pienso con el espíritu del mundo y cuándo pienso con el espíritu de Dios

La Iglesia, ha dicho el Papa antes de concluir, también «nos dice que debemos convertir nuestras obras» y, en este sentido, «nos habla del ayuno, de la limosna y de la penitencia».