Denise perdió marido y tres hijos en R. D. Congo. Esta Cuaresma, Cáritas ayuda a miles como ella - Alfa y Omega

Denise perdió marido y tres hijos en R. D. Congo. Esta Cuaresma, Cáritas ayuda a miles como ella

En la región congoleña de Kasai, tres millones de personas pasan hambre y 750.000 personas no pueden regresar a sus hogares. Cáritas está presente desde el primer momento para ayudar a los afectados; y esta Cuaresma, pide la colaboración de personas de todo el mundo

Redacción
Denise recibe un saco de alimentos. Foto: Cáritas Internationalis

Denise Ndekenya estaba casada y tenía cinco hijos. «Ahora solo me quedan dos». En abril del año pasado, un grupo de milicianos atacó su aldea, en la región de Kasai (República Democrática del Congo). Decapitaron a su marido, y mataron a tres de los pequeños.

Denise y los otros dos niños se salvaron porque ese día estaban en el hospital. Cuando se enteró de lo que había ocurrido, cogió a sus hijos y cruzó a pie el bosque, hasta que llegó a la parroquia de San Agustín, cerca de Tshikapa. Allí encontró la ayuda de la Iglesia, que al estar presente «en cada aldea del Congo, puede acceder» y llevar ayuda «a áreas donde la ONU no llega», explica Abbé Donatien Nshole, portavoz de la Conferencia Episcopal del Congo.

Para sostener este esfuerzo, Caritas Internationalis (www.caritas.org) ha lanzado una campaña de Cuaresma a favor de Kasai. La convocatoria está en perfecta sintonía con la preocupación del Papa Francisco, que ha convocado para este viernes una jornada de ayuno y oración por la paz, en especial en Sudán del Sur y el Congo. Se trata de la segunda jornada de este tipo convocada en los últimos meses, después de una organizada en noviembre.

La milicia agita, el gobierno recoge

Kasai era una zona bastante estable de la República Democrática del Congo, hasta que la milicia local Kamuina Nsapu se alzó contra el ejército gubernamental. Querían vengar la muerte de su jefe, del que toman el nombre, y que fue asesinado por la policía en agosto de 2016. Sin embargo, desde la Iglesia se ha denunciado que al gobierno de Joseph Kabila le interesaba que la desestabilización de esta región continuara.

Con esa excusa, podía no convocar las elecciones a las que se había comprometido por el acuerdo firmado con la oposición —con la mediación de los obispos— el 31 de diciembre de 2016. Claramente, la inestable situación política nacional, con Kabila aferrándose al poder y ordenando ataques contra los laicos católicos que se manifiestan pacíficamente para pedir elecciones, no ayuda a Kasai. En un año, los enfrentamientos causaron más de 3.000 muertos, muchos de los cuales fueron arrojados a 87 fosas comunes. Se estima que la mitad de los milicianos son menores.

400.000 niños malnutridos

Denise y sus hijos son, por otro lado, solo tres del millón y medio de personas que en 2017 tuvieron que abandonar su hogar en esta región, debido a la creciente inestabilidad y violencia. En los últimos meses la situación se ha relajado un poco, y aproximadamente la mitad de los desplazados ha podido volver a casa. Muchos se han encontrado todo destrozado y saqueado. El resto de los que huyeron todavía está esperando a saber si tienen casa a la que volver.

«Realmente es una emergencia humanitaria desastrosa», afirma Jean-Pierre Pokavu, de Cáritas Congo. Solo en esta región, tres millones de personas pasan hambre, y hay 400.000 niños de hasta cinco años con malnutrición aguda grave. 380.000 personas necesitan vivienda y el menaje básico para la misma.

Caritas Internationalis se ha volcado en ayudar a la Iglesia local. Por ejemplo, los Servicios de Ayuda Católicos (CRS por sus siglas en inglés, la Cáritas de EE. UU.) están dando a 260.000 personas dinero en efectivo, comida y bienes básicos. Forma parte de un proyecto de cinco años, destinado a favorecer la reconstrucción en esta zona del centro y sureste del país.

Atención especial a las viudas

Solo este mes, 600 familias desplazadas a Tshikapa han recibido harina de maíz, judías, sal y aceite, además de útiles de cocina y kits de higiene. «Gracias a Dios, la ayuda de Cáritas llegó justo a tiempo», subraya Denise, nuestra protagonista, una de las beneficiarias.

Otra ayuda que Cáritas está distribuyendo en todo Kasai son semillas y herramientas para que las familias puedan comenzar a cultivar sus propios alimentos. Toda esta ayuda, además, se coordina de forma casi instantánea: los feligreses de 200 parroquias mandan cada día un informe por sms para conocer a tiempo real las necesidades más urgentes.

La entidad caritativa de la Iglesia está prestando especial atención a las madres a las que el conflicto ha dejado viudas. Sus responsables esperan que, a medio y largo plazo, estas mujeres puedan formarse, y convertirse en líderes dentro de sus comunidades.

Cuando llegó a Tshikapa después de pasar tiempo en el bosque, su primera pregunta fue «¿Qué voy a hacer ahora?». Con la ayuda de Cáritas, esta pregunta de una madre desesperada empieza a tener respuesta.

Harriet Paterson / Redacción