Compañía hasta el final - Alfa y Omega

Compañía hasta el final

Una de las mayores enfermedades de nuestro tiempo es la soledad. Una dolencia del alma que suele afectar, especialmente, a las personas mayores. Por eso, un grupo de universitarios de Valencia ha emprendido, desde la Fundación Universitas, una iniciativa para acompañar a personas que se encuentran solas, en hospitales, residencias o en su propio hogar. Uno de estos voluntarios recuerda, en estas líneas, la historia de Andrea, la primera anciana con la que empezaron esta iniciativa

Colaborador

Hace casi dos años, un universitario, voluntario de la Fundación Universitas, tuvo conocimiento de que doña Andrea García, de 92 años, vivía aislada en su casa, lidiando con la soledad y la enfermedad. La noticia corrió como la pólvora entre los voluntarios: al poco, fuimos a visitar a Andrea. En una casa antigua, escenario de aflicción y calamidades, descubrimos a una mujer amable, cariñosa y entregada. Nos percatamos de que, si bien Andrea no gozaba casi de movimiento, su espíritu rebosaba libertad y vida. No hacíamos otra cosa que hacerle compañía, darle conversación y, sobre todo, escucharla. Aunque nos ofrecíamos para lo que necesitara, ella quería, más que nada, sentirse acompañada y escuchada. Nos sorprendió la rapidez con la que nos confió sus desvelos y preocupaciones, compartiendo sus anécdotas y vivencias.

A veces, nos decía que le pedía a Dios y a su ángel custodio que se la llevaran al Cielo, porque no era capaz de valerse por sí misma, y eso le hacía sentirse como un estorbo. Nosotros le decíamos: «Tu vida vale más de lo que pueda aparentar. Eres valiente ante el sufrimiento, el dolor y la soledad, y eso es una escuela para nosotros». Alguna vez dijo que pensaba que Dios no la quería, porque de lo contrario se la habría llevado. Un voluntario le contestó que, «si Dios no la llevaba aún, es porque todavía podía hacer mucho bien». Otro estudiante añadió: «¿No dice que reza por tanta gente mientras pasa el día en soledad? Pues fíjese el bien que está haciendo: con su ejemplo, nos enseña que el amor es más fuerte que el dolor y la soledad, y con su oración nos sostiene». Y le pidió un favor: «Andrea, acuérdese de nosotros cuando Dios la tenga en el Cielo». Ella respondió: «Hecho. Ahora procuro ayudaros, pero poco puedo hacer. Desde el Cielo me acordaré de vosotros, y si Dios me lo permite, os ayudaré con lo que pueda». Las visitas fueron aumentando. Ella se encontraba tan a gusto que, al despedirnos, nos rogaba que no tardáramos en volver. El último día que pudimos despedirnos de Andrea, un voluntario dejó su teléfono a una vecina por si pasaba algo. A los cuatro días recibimos la llamada: Andrea ya se había ido. Dios había escuchado su ruego.

Durante su funeral, un voluntario leyó su testimonio. Al finalizar, una persona mayor se le acercó y le dijo: «Yo querría que alguien me acompañara, como habéis hecho con Andrea, porque estoy mayor, sufro bastante y me encuentro sola». El joven sólo sonrió y tomó su dirección. La historia de Andrea no es un caso aislado. La Fundación Universitas decidió institucionalizar esta iniciativa, para llegar a mucha más gente que pasa por situaciones similares. El proyecto se llama Compartiendo ilusión, y se puede obtener más información en la página web: www.fundacionuniversitas.org

Aniceto Masferrer

Juventud contra la soledad

Una de las peores consecuencias de la enfermedad es que muchas personas se ven, además de impedidas, solas. Por eso, la Comisión de Pastoral de la salud, del Arzobispado de Valencia, ha organizado, para el próximo sábado, una jornada de formación sobre la participación de los jóvenes en proyectos de atención a enfermos. Se quiere animar a la juventud de la diócesis en la atención y compañía de las personas que sufren el drama de la soledad y el sufrimiento físico. Como informa la agencia Avan, las sesiones tendrán lugar en el Centro Arrupe, ubicado en la Gran Vía Fernando el Católico, 78, de Valencia, y abordarán la relación entre la Iglesia y los jóvenes, la participación de la juventud en la Pastoral de la salud y en la comunidad parroquial, amén de contar con testimonios de jóvenes que ya están implicados en esta tarea. En la actualidad, casi 280 equipos de laicos de parroquias valencianas realizan visitas a enfermos y ancianos, en centros hospitalarios, residencias y domicilios. Además, más de 50 capellanes coordinan la atención pastoral y religiosa en los 28 hospitales de la archidiócesis.