Fuiste por amor creada, hermosa, bella y así...

Teresa de Jesús, maestra de oración no es sólo una definición certera de la gran santa abulense, sino también el título de la exposición de Las Edades del Hombre que rinde homenaje a la primera mujer Doctora de la Iglesia con ocasión del V centenario de su nacimiento. Una muestra que resulta extraordinaria, y altamente recomendable, por diferentes motivos.

El primero —pues al fin y al cabo es lo más importante cuando se habla de una exposición de arte—, por la calidad de las obras que atesora, con piezas de artistas como Juan de Juni, Alonso Cano, Nicola Fumo, Lucas Jordán, Salvador Carmona y Salzillo, entre otros.

En segundo lugar, por su duración, pues se puede visitar desde el pasado lunes y hasta noviembre de 2015. Es decir, casi dos meses más de lo que han estado las últimas exposiciones de Las Edades del Hombre.

Decor Carmeli (Alegoría del Carmelo). Anónimo (siglo XVII). Óleo sobre lienzo. Convento de Santa Teresa, Ávila.

Summa Theologica, de Santo Tomás de Aquino (1467). Catedral de El Burgo de Osma (Soria).

San Francisco Javier, de Luis Salvador Carmona (1750). Madera policromada. Iglesia parroquial de Nuestra Señora del Rosario, San Ildefonso (Segovia).

Transverberación de santa Teresa, de Lucas Jordán (1664). Óleo sobre lienzo. Convento de la Encarnación, Peñaranda de Bracamonte (Salamanca).

Virgen del Carmen, de Nicola Fumo (siglo XVII). Monasterio de San José, Medina del Campo (Valladolid).

Cristo de Lepanto. Monasterio de Santa Clara, Medina de Pomar (Burgos).

Canonización de santa Teresa en Roma. Anónimo (1622). Monasterio de la Anunciación de Nuestra Señora, Alba de Tormes (Salamanca).

En tercer lugar, por su ubicación, pues se podrá visitar en dos de los escenarios más importantes para la Santa: la basílica de Santa Teresa, en Alba de Tormes, donde se veneran su sepulcro y dos de sus reliquias incorruptas (el corazón, con la marca visible de la transverberación y el brazo); y Ávila, donde tendrá tres sedes: la iglesia de San Juan Bautista (donde fue bautizada); el convento de agustinas de Nuestra Señora de Gracia (donde el padre de Teresa, Alonso de Cepeda, la internó en 1531, en contra de su voluntad, para que se enderezase); y la Capilla de Mosén Rubí, que se conserva como en días de la Santa. La sola visita de estos lugares bien merece no sólo un viaje turístico (la basílica de Alba de Tormes, por ejemplo, es uno de los templos barrocos mejor conservados de España), sino una peregrinación, por su estrecha vinculación con la Mística.

Por último, la exposición cuenta con un atractivo extra: no sólo aborda la vida, obra, personalidad y legado de santa Teresa de Jesús, sino también su entorno y su contexto. Por eso, se ha dividido en cinco capítulos que muestran la rica historia carmelita (Os conduje a la tierra del Carmelo), la religiosidad de su época (La España de la contrarreforma), las novedades que introdujo su reforma (Las pobres descalzas de Teresa), su incansable búsqueda de Cristo (Maestra de oración) y su entrega a la Iglesia y a todos los hombres (Hija de la Iglesia).

Una exposición para entender cómo vivió, y por Quién vivió, aquella que fue capaz de verse a sí misma con los ojos de Dios, y escribir: Fuiste por amor creada / hermosa, bella y así / en mis entrañas pintada; / si te perdieres, mi amada, / alma, buscarte has en Mí.