El otro fútbol - Alfa y Omega

Dice Juan Villoro que el fútbol nos lleva cada semana –hoy casi todos los días– hasta el niño que llevamos dentro; también que es el deporte que ha hecho de la patada una de las bellas artes. Y de las malas artes, porque el fútbol acoge muchas de las contradicciones, los pecados y excesos de la sociedad actual, donde los ricos son cada vez más ricos y los pobres, más pobres. Pero no nos quedemos en la superficie de un fichaje de 222 millones de euros, en la falta de ética de algunas operaciones, en la violencia o en la corrupción, porque en el fútbol, como decía Villoro hay, además de todas estas cosas horribles, belleza. Y bondad. Y una oportunidad magnífica para enseñar a nuestros pequeños, apasionados de la pelotita, valores e incluso historia, geografía, religión o matemáticas.

«Durante mis estudios de Historia, cada vez que me documentaba sobre un hecho histórico, en algún momento aparecía el dichoso balón», sostiene Toni Padilla, periodista e historiador, que me regaló una breve pero interesante conversación en un café del barrio madrileño de Malasaña. Allí me presentó su Atlas de una pasión esférica (Geoplaneta), «una forma de viajar por los libros de historia y los mapas del mundo» que se rebela contra intelectuales que menosprecian este deporte por su popularidad y contra aquellos que valorándolo lo usan en su provecho.

Un atlas que vuela a Sudáfrica para contarnos cómo un tal Gandhi usó el esférico para tirar muros y unir comunidades en tiempos de desigualdades raciales; a Sarajevo, donde un exfutbolista, Pedrag Pasic, decidió quedarse en la ciudad durante la guerra, habiendo podido marcharse, y crear una escuela de fútbol que unió a croatas, bosnios y serbios; a Salónica (Grecia) para conocer al pope ortodoxo Christos, acérrimo seguidor del PAOK de Salónica, a través del cuál el autor nos explica por qué Constantinopla, hoy Estambul, sigue siendo sede del Patriarcado ortodoxo si apenas quedan cristianos; a Preston, donde, durante la guerra, surgió un equipo femenino legendario que tuvo que sufrir los avatares de la época; o a Buenos Aires, donde un barrio luchó para devolver a sus calles a su club del alma, el san Lorenzo de Almagro, con un nuevo estadio, el Papa Francisco.

Esta es la propuesta de Toni Padilla que sigue ajeno a los cantos de sirena del fútbol moderno –hoy el mundo se debate entre Madrid y Barça– para seguir apoyando a su modesto Sabadell. Es el otro fútbol, el que nos permite explicar la vida de otros por muy lejana que sea y colocar en un mapa sus alegrías y su miserias. Lo dice Camus, recogido en la contraportada del libro: «Lo que sé con mayor certeza respecto a la moral y a las obligaciones de los hombres se lo debo al fútbol».

Atlas de una pasión esférica
Autor:

Toni Padilla

Editorial:

Geoplaneta