«Mis hijas murieron pequeñas, pero fueron felices» - Alfa y Omega

«Mis hijas murieron pequeñas, pero fueron felices»

A la hija de la periodista católica francesa Anne-Dauphine Julliand le diagnosticaron una enfermedad incurable justo el día de su segundo cumpleaños. Poco tiempo después, murió. La misma enfermedad también se ha llevado recientemente la vida de su hija Azylis, de 11 años. «Nunca hubiera podido decir que iba a ser feliz, pero hoy soy feliz de verdad», aseguró este martes en una entrevista en TVE. Su secreto: «el amor», que «siempre gana al dolor»

José Calderero de Aldecoa
Anne-Dauphine Julliand durante la entrevista en Hora Punta

Thaïs tenía poco más de un año de vida cuando empezó a tener síntomas de una enfermedad degenerativa. La pequeña comenzó a caerse con más frecuencia de lo habitual hasta que un día dejó de poder andar. Tras la movilidad, también perdió la vista, el oído, la vista, e incluso el olfato. Justo el día de su segundo cumpleaños le diagnosticaron leucodistrofia metacromática y le dieron una corta esperanza de vida. «Se suponía que tenía que ser un día feliz y fue totalmente horrible. Llorábamos sin parar, estábamos muy perdidos», confesó su madre, Anne-Dauphine Julliand, en una entrevista este martes en La 1 de Televisión Española.

«Ese mismo día le dijimos a nuestro hijo mayor [que Thaïs estaba muy enferma]. Se puso a llorar. Estaba muy triste, pero de pronto secó sus lágrimas y nos dijo: “Vamos a festejar el cumpleaños de Thaïs”. Nosotros le dijimos que no, que a partir de ahora nos iba a ser muy difícil dejar de estar tristes. Él insistió, nos dijo que su hermana estaba viva, que estaba ahí y que era su cumpleaños». Para el matrimonio esta frase fue vital en sus vidas. «Fue como una invitación que nos ha cambiado la vida. “Hace 10 minutos estábamos tristes pero ahora podemos ser felices. La vida se vive un momento después del otro”». Ese día decidieron que ante la enfermedad incurable de su hija no se iban a centrar en llorar sino en amar.

Thaïs terminó muriendo con tres años y, tras su pérdida, Anne-Dauphine Julliand escribió el libro Llenaré tus días de vida en el que cuenta la «batalla diaria por llenar de vida los días cuando ya no se pueden añadir más días a la vida».

Tras este primer mazazo, llegó un segundo. Su hija Azylis también perdió recientemente la vida, con 11 años, por culpa de la misma enfermedad. Sin embargo, esta periodista parisina católica ha decidido sobreponerse al dolor por la muerte de sus dos hijas y vivir feliz. Lo hace para honrar la memoria de Thaïs y Azylis y por sus otros dos hijos que todavía siguen con vida. «Nunca hubiera podido decir que iba a ser feliz, pero soy feliz de verdad», aseguró en el programa Hora Punta.

La receta de Julliand es el amor, que «siempre gana al dolor. He tomado la decisión de sonreír», de ser feliz. Y esto es posible incluso en medio del sufrimiento. A ello le ha ayudado también su fe católica, aunque ella misma ha explicado en diversas ocasiones que creer en Dios no le evita el sufrimiento pero sí ilumina su camino.

Antes de concluir la entrevista, la periodista explicó lo que ha aprendido de aquel duro trance: «Me ha enseñado el sufrimiento. Antes nunca había sufrido, yo tenía una vida muy privilegiada. He sufrido y voy a sufrir toda la vida. Pero ahora ya sé que se puede sufrir y ser feliz a la vez. Parece increíble pero es posible porque la felicidad no solo depende de las circunstancias de la vida, la felicidad no es una emoción, es algo que hay dentro de nosotros. Ya sé que mis hijas murieron pequeñas, pero fueron felices y por eso estoy feliz. Ya he hecho lo que tenía que hacer como madre [que es procurar la felicidad de mis hijos]».

Ganar al viento

Además de para contar su historia, la periodista acudió al programa de Javier Cárdenas para presentar su documental Ganar al viento. La cinta está protagonizada por cinco niños —Imad, Amber, Charles, Camille y Tugdual—, todos ellos diagnosticados con enfermedades graves, y profundiza en la capacidad de superación y de felicidad.

No es la primera visita de Anne-Dauphine a España. Hasta en tres ocasiones ha estado en nuestro país para participar en el congreso Lo que de verdad importa, que trata de promover el desarrollo y la difusión de los valores humanos, éticos y morales universales al público en general. «Un día el médico me dijo que como Thaïs iba a perder todas sus facultades, al final de su vida mi hija solo tendrá un corazón latiendo. Sí, el médico tenía razón. Al final de su vida, Thaïs solo era un corazón latiendo, y un corazón latiendo no es nada más que amor. Al final de su vida mi hija estaba ciega, muda, sorda, paralítica y solo era amor», explicó en el congreso de 2012.