Francisco: «Nadie está exento de responsabilidad sobre la corrupción» - Alfa y Omega

Francisco: «Nadie está exento de responsabilidad sobre la corrupción»

En la audiencia general de este miércoles, Francisco ha resumido los principales mensajes de su visita a Latinoamérica: la paz, la unidad y la esperanza pasan por la conversión. Además, ha pedido a todos los fieles que «no escondan los conflictos bajo la cama»

María Martínez López
Foto: REUTERS/Tony Gentile

A través del Evangelio del domingo, último día de su viaje a Chile y Perú, «parece que el Señor decía [a estos países]: “Convertíos y creed en el Evangelio. Así recibiréis la paz que os doy y estaréis unidos en mi esperanza”». El Papa Francisco ha resumido así, en la audiencia general de este miércoles, su reciente visita. También ha pedido que se siga rezando «por estas dos naciones hermanas».

En esta catequesis especial, el Papa ha reconocido que su llegada a Chile «estuvo precedida por algunas manifestaciones de protesta», lo que aún dio más sentido al lema de la visita: Mi paz os doy. Una de estas causas fue la cuestión de los abusos sexuales a menores por parte de sacerdotes.

Este «sufrimiento compartido» hizo que el encuentro con los sacerdotes, consagrados y obispos chilenos fuera «incluso más fecundo». «Confirmé a mis hermanos en el rechazo de todo compromiso con los abusos sexuales en menores, y al mismo tiempo en la fe en Dios, que a través de esta dura prueba purifica y renueva a sus ministros», explicó Francisco.

Frente a los conflictos

Abordó también otra de las cuestiones sensibles durante su viaje, la de los mapuches. La Misa con ellos «transformó en alegría los dramas y fatigas de este pueblo», pidiendo una «paz que sea armonía de la diversidad», y también rechazando «toda violencia».

Consciente de los conflictos presentes en la sociedad y la Iglesia chilena, el Santo Padre aprovechó para recomendar a los presentes que no escondan estos conflictos «bajo la cama», porque eso «es aún peor». Si salen a la luz y «se hablan, se resuelven con diálogo». Esa es una de las claves para «la construcción de sociedades unidas y plurales». A esta tarea –ha añadido– invitó a instituciones como la Pontificia Universidad Católica de Chile.

El Papa ha subrayado también su visita al centro penitenciario de mujeres San Joaquín, como signo de que muchas veces «cuentan más los gestos que las palabras». «Los rostros de aquellas mujeres, muchas de ellas jóvenes madres, con sus pequeños en brazos, expresaban a pesar de todo mucha esperanza». Y ha reiterado que sin tener en el horizonte la perspectiva de la reinserción, «la cárcel es una tortura infinita».

El recorrido en Perú

Repasando ya la segunda parte de su viaje latinoamericano, el Obispo de Roma ha resumido su jornada en Puerto Maldonado –con el encuentro con los pueblos indígenas, con la población y con los niños del Hogar El Principito– con dos pinceladas: el comienzo del camino hacia el Sínodo de los Obispos de 2019, y el rechazo «a la colonización económica e ideológica».

Otra aplicación para los presentes de su viaje ha sido que «nadie está exento de responsabilidad frente a esta herida», ni frente a la degradación socio-ambiental. «Y el compromiso de contrarrestarlas nos concierne a todos». No solo hay corrupción en Perú, subrayó. «También aquí, y es más peligrosa que la gripe! Arruina los corazones. Por favor, no a la corrupción».

El Papa también recordó a la población de Trujillo, golpeada por el fenómeno del Niño costero. «Los animé a reaccionar ante esta y otras tempestades, como el sicariato, o la falta de educación, de trabajo y de vivienda segura.

Nuevo llamamiento por el Congo

Al finalizar la catequesis y saludar a los fieles presentes en distintos idiomas, el Santo Padre ha mostrado una vez más su preocupación por las noticias que llegan de la República Democrática del Congo, donde el Gobierno reprimió el domingo, con violencia –incluido el uso de balas reales– manifestaciones convocadas por asociaciones de laicos católicos para pedir que el presidente Joseph Kabila abandone el poder.

La Nunciatura en Kinshasa, que ha apoyado las protestas, informa de que hubo al menos una aspirante religiosa asesinada, un sacerdote herido y otros tres arrestados. Francisco ha reiterado «mi llamamiento a que todos se esfuercen por evitar cualquier forma de violencia. Por su parte, la Iglesia no quiere otra cosa que contribuir a la paz y el bien común de la sociedad».