Loving Vincent. Si Van Gogh hubiera hecho cine… - Alfa y Omega

Loving Vincent. Si Van Gogh hubiera hecho cine…

Juan Orellana
Escena de 'Loving Vincent'
El cartero Joseph Roulin envía a su hijo Armand a la misión de encontrar a Theo, el hermano de Vincent Van Gogh. Foto: lovingvincent.com

Con Loving Vincent probablemente estamos ante una de las películas más originales, desde el punto de vista formal, que hayamos visto nunca. La animadora y pintora polaca Dorota Kobiela y su marido, el británico Hugh Welchman, escriben y dirigen esta coproducción polaco-británica que ha estado nominada a mejor película de animación para los Globos de Oro. 120 pintores de todo el mundo —fundamentalmente polacos y ucranianos— han dibujado y pintado al óleo —animando cien cuadros de Van Gogh— los 65.000 fotogramas de este filme, que indaga sobre las causas de la muerte del famoso pintor holandés, fallecido en 1890 en Francia.

Un suicidio puesto en duda

La película, cuya trama sigue las pautas de una investigación detectivesca a base de entrevistas al estilo de Ciudadano Kane, pone seriamente en cuestión la hipótesis del suicidio, comúnmente aceptada y ya cuestionada en la biografía del pintor escrita en 2001 por Steven Naifeh y Gregory White Smith. Así pues, no se trata de un biopic al uso, ya que la narración principal se desarrolla meses después del fallecimiento del pintor, cuando Armand Roulin, el hijo de un cartero amigo de Van Gogh, va en busca del hermano de este, Theo, para entregarle una carta que el pintor le había escrito y que nunca llegó a su destinatario. A este hilo argumental se van superponiendo flashbacks, pintados en blanco y negro, en los que vemos diversos episodios de la vida del artista, eso sí, desde la interpretación subjetiva de los testimonios de cada uno de los encuestados (Adeline Ravoux, la hija de los posaderos, Marguerite Gachet, el ama de llaves, el barquero…). Así se va creando un rompecabezas que nos dibuja un Van Gogh sensible, educado, tierno, solitario, que amaba la vida, la paz, la naturaleza, y que reconocía el misterio luminoso que atravesaba toda la realidad. Un carácter que chocaba con el entorno de frivolidad, alcohol, pendencias que a menudo le rodeaba, sobre todo en París, y que le llevaron por prescripción de su amigo, el doctor Gachet, a retirarse a pintar a Auvers-sur-Oise, donde encontró la muerte.

Animación de actores reales

Los pintores convocados para este filme pintaban sobre fotogramas rodados con actores reales, convirtiéndolos en auténticos cuadros postimpresionistas de Van Gogh. Así, Armand Roulin es interpretado por Douglas Booth, o la hija del doctor Gachet es Saoirse Ronan, quizá la más famosa del reparto. Hasta ahora, además del Globo de Oro, Loving Vincent está nominada a mejor película independiente, guion y música en los Premios Annie. En el Festival de Annecy ha recibido el premio del público, y también ha sido considerado mejor largometraje de animación en los Premios del Cine Europeo.

Sin duda una película interesante, sensible, visualmente subyugadora, que se añade —eso sí, sin competencia— a las numerosas películas ya realizadas sobre el pintor, como El loco del pelo rojo (1956), Vincent y Theo (1990), Van Gogh (1991)…, entre otras muchas. Para amantes del cine de animación, admiradores de Van Gogh, y cinéfilos en general.

Loving Vincent
Director:

Dorota Kobiela, Hugh Welchman

País:

Polonia

Año:

2017

Género:

Animación

Público:

+12 años

Cartel de 'Loving Vincent'