Somos homosexuales, y contrarios al matrimonio y a las adopciones gays - Alfa y Omega

Somos homosexuales, y contrarios al matrimonio y a las adopciones gays

La voz del diseñador Domenico Dolce, que ha defendido la realidad y ha arremetido contra la práctica de las madres de alquiler, no es una voz aislada entre los homosexuales. Desde hace dos años, diversos colectivos gays han desfilado junto a La Manif pour Tous para reivindicar su diversidad sexual y corroborar que no quieren para ellos ni el matrimonio, ni la adopción ni los bebés in vitro o nacidos a través de la maternidad subrogada. Por su interés, reproducimos este artículo publicado hace dos días en la revista italiana Famiglia Cristiana

Famiglia Cristiana

Las declaraciones del modisto Domenico Dolce, que ha reconocido abiertamente la realidad (los niños nacen de un padre y de una madre) y ha criticado la práctica de las madres de alquiler, utilizada con frecuencia por muchas parejas gays para tener hijos, se han convertido en un caso internacional. Amplificadas por las declaraciones de Elton John y de otros artistas de la jet set internacional, que han lanzado la campaña #BoycottDolce&Gabbana, han acabado tildando de fascista al modisto siciliano.

Sin embargo, Domenico Dolce no es el único homosexual que piensa de esa forma, si bien por el hecho de ser famoso, sus palabras generan más ruido que la de los demás. En Francia, desde hace un par de años, entre los militantes del movimiento La Manif pour Tous, que ha llevado a la calle a miles de personas para protestar contra la ley promovida por el Gobierno socialista de François Hollande, que contempla el matrimonio y la adopción para las parejas del mismo sexo, figuran muchos homosexuales, algunos de los cuales se han congregado en grupos organizados: desde el colectivo Homo Vox a Plus gay sans mariage (Más gays sin matrimonio), creado por el ateo Xavier Bongibault. Se trata de homosexuales que reivindican su propia diversidad sexual y no quieren para ellos mismos ni el matrimonio ni las adopciones ni la procreación asistida. En suma: los mismos eslóganes de La Manif.

¿Extraño, no? A base de hacer caso solo a los maîtres à penser progresistas, quien protesta contra los matrimonios gays es automáticamente un reaccionario.

«Conviene recordar -señalaba Nathalie de Williencourt, de Homo Vox– que en la ley francesa no existen diferencias entre el matrimonio y la adopción: todas las parejas casadas tienen el derecho de adoptar. Al proponerse el matrimonio entre homosexuales, se incluye automáticamente la adopción; no hay división entre ambos como en otro países europeos. Nosotros creemos que los niños tienen el derecho a tener un padre y una madre, a ser posible biológicos y que se amen. Un niño es fruto del amor de su padre y de su madre y tiene el derecho de conocerlos».

Jean-Piere, otro afiliado de Homo Vox, declaró en una de las manifestaciones de La Manif pour Tous: «Soy homosexual y vivo en pareja de acuerdo con las disposiciones del Pacs [Pacto Civil de Solidaridad, versión francesa de las uniones civiles]. Estoy aquí porque cada niño tiene derecho a un padre y a una madre. No quiero que la mujer sea reducida a máquinas de tener hijos para parejas de hombres. Y no quiero que los hijos fruto de la reproducción asistida se pasen la vida buscando sus raíces. No todos los amores están hechos para el matrimonio. Y solo el amor encarnado en la diferencia de los sexos es el que hace el matrimonio. Gracias, en nombre de los homosexuales, por estar aquí para defender lo auténtico».

Para dar voz a estas personas y dar a conocer los motivos de esta movilización, Jean-Pierre Delaume Myard, portavoz de Homo Vox, ha escrito un libro titulado Homosexuel contre la mariage pour tous, que próximamente será publicado en Italia por Rubbettino. En una entrevista concedida a Radio Vaticana sobre el caso Dolce&Gabbana, Myard ha explicado que los modistos «son víctimas del lobby gay, de la misma forma que yo lo soy en Francia». A continuación añadió que «si uno no está en la línea de pensamiento del colectivo LGBT, se le margina y se le boicotea. Por ejemplo, yo he escrito un libro en Rancia y medios y librerías se niegan a difundirlo. De ahí mi preocupación por su próxima publicación en Italia».

En relación con los vientres de alquiler, su posición es clara: «Dolce&Gabbana son personas responsables; tienen razón al rechazar el concepto de madres de alquiler ya que significa explotar a los más pobres y a los más débiles. Elton John ha adquirido a sus hijos. La mujer -es importante subrayarlo- no es una mercancía y, además, cada hijo tiene el derecho de conocer a su padre y a su madre. En cambio, los bienpensantes como Elton John y la izquierda europea han vuelto a introducir la esclavitud».

Siempre según Myard, en el seno del mundo gay impera una dictadura del pensamiento único vehiculada por lobbies poderosos, que rebosan de recursos y que gozan de una fuerte influencia mediática: «Estoy harto de la dictadura gay: distingo entre gays y homosexuales», dice. «Si, como homosexual, no piensas como el lobby LGBT, estás forzosamente manipulado; además, el lobby gay reacciones de forma homófoba, como si los homosexuales fueran incapaces de pensar con su cabeza. El lobby gay está cada vez más presente en las instituciones: hay que combatirlo porque no representa a los homosexuales. El lobby LGBT quiere destruir la institución matrimonial y la familiar. No hay que confundir homosexuales con gays: estos últimos son activistas militantes».

Por lo que respecta al caso francés, Myard no puede ser más claro: «Quieren que creamos que los homosexuales exigen el derecho a tener un hijo. Pero un hijo no es un derecho. En Francia nos han mentido al hacernos creer que la Ley Taubira sobre el matrimonio para todos la habían pedido los homosexuales: no es así; la pidió el lobby gay, tan poderoso en Europa».

Por expresar sus opiniones, a Myard lo han acusado de ser un traidor y ha llegado incluso a ser amenazado de muerte en la web. En la manifestación del pasado año de La Manif en Roma explicaba de esta forma su compromiso: «Me he comprometido porque si dentro de veinte años encontrase un chico o una chica, hijo de una pareja del mismo sexo, no quisiera que me reprochara de haberlo privado de la posibilidad de tener un padre y una madre, como cualquier hijo de una pareja divorciada, de hecho o casada. ¡A todos les hace falta un padre y una madre!» ¿También es homófobo y fascista?

Antonio Sanfrancesco
Famiglia Cristiana
Traducción: J. M. Ballester Esquivias