Adoctrinamiento en las aulas: «Hoy se imponen criterios morales solo por haber sido aprobados por las leyes» - Alfa y Omega

Adoctrinamiento en las aulas: «Hoy se imponen criterios morales solo por haber sido aprobados por las leyes»

La calidad de la enseñanza y el adoctrinamiento en las aulas, a debate en la Jornada Reflexiones sobre la educación en España organizada por la Real Academia de Doctores de España (RADE)

Juan Luis Vázquez Díaz-Mayordomo
Foto: AFP Photo/Mehdi Fedouach

«Adoctrinar es no respetar al educando, sino considerar que el que debe decidir qué es lo que debes pensar soy yo, el profesor, el político o el presidente del Gobierno» de turno, dijo José Antonio Ibáñez-Martín Mellado, catedrático de la Universidad Complutense de Madrid y vicerrector de la Universidad Internacional de la Rioja, quien en la jornada sobre educación organizada por la RADE puso la lupa en el fenómeno del adoctrinamiento en las aulas: «Hay dos posibles adoctrinamientos: el del político y el del profesor. El político fáustico es el que no respeta la naturaleza de las personas y se empeña en crear un hombre nuevo que responda a lo que él piensa que debe ser el hombre. Esto se ha hecho muchas veces en la historia de la humanidad, sobre todo en el marxismo, que trajo una nueva idea del hombre y una nueva moral».

De este modo, «hay quien piensa que puede imponer unos criterios morales como si fueran indiscutibles simplemente porque hayan sido aprobados por las leyes. ¡Pero si las leyes han aprobado muchas locuras! ¿Cuántos años tardaron los americanos en convencerse de la inmoralidad de la esclavitud? Las leyes pueden estar muy equivocadas desde el punto de vista moral, pero el político fáustico pretende que te convenzas de que lo bueno es lo que él dice. Y eso lleva a errores terribles», alertó.

Hoy «hay gente que quiere fusilar la asignatura de Religión. Y también hay gente que quiere hacer pasar a Jaime I el Conquistador como el primer rey de Cataluña, cuando en Cataluña nunca ha habido un reino. Y cuando cayó el Muro de Berlín hubo un montón de profesores en la Europa excomunista que perdieron su trabajo, porque se habían dedicado durante años y años a decir y repetir mentiras».

Así, el catedrático Ibáñez Martín defendió que «no se puede comprometer a la escuela a realizar actividades que no le son propias, ni tampoco se puede presionar a las editoriales a incluir en los libros escolares ciertas cosas que solo interesan a algunos políticos. Quien maltrata la legalidad en beneficio de sus intereses ideológicos no cabe ninguna duda de que está adoctrinando, y de esto hay muchos ejemplos. Yo conozco muchos padres que van al centro público donde estudian sus hijos a pedir la asignatura de Religión, y les presionan para que desistan diciéndoles que sus hijos van a ser los únicos en cursar la asignatura, que se van a sentir solos… Es mentira, porque al final se apuntan por docenas, pero ese director del centro maltrata la legalidad porque le da la gana, por sus intereses. Y lo mismo pasa en otros centros a la hora de aprender idiomas con los que no están de acuerdo» por motivos ideológicos.

Baja calidad de la gobernanza educativa

Por su parte Fernando Arroyo Ilera, académico de la RADE y catedrático de la Universidad Autónoma de Madrid, denunció «el consumismo como forma de vida y la digitalización como forma de conocimiento» que prevalecen en el horizonte educativo en España hoy. Con ello «se nos impone una forma de educar, que no se centra solo en la escuela», sino que llega a la dimensión educativa que tienen también «los soportes digitales», lo cual «se convierte en un arma ante la que el profesor y el padre se sienten inermes. Antes, cuando uno adquiría saber, su espíritu mejoraba; ahora no. Hoy mucho legado cultural ha desaparecido. No tenemos claro para qué educamos, ¿para el tener o para el ser?».

Por último, Francisco López Rupérez, expresidente del Consejo Escolar de Estado, alertó sobre «el estancamiento en la mediocridad que vive la educación en España. Estamos por debajo de lo que cabe esperar en un país de nuestra tradición y de nuestro potencial económico. La educación como soporte de cualquier éxito material o económico está estancada, como consecuencia de la baja calidad de la gobernanza educativa». Destacó asimismo que «en las Comunidades Autónomas hay una gran disparidad, hasta el punto de que el informe PISA revela que en algunos casos hay diferencias que se corresponden con un curso académico entero». Ante este panorama, «la capacidad de los dirigentes para afrontar los desafíos educativos es muy dispar también, hay clientelismo político y otros fenómenos perversos que dan lugar a una gobernanza de baja calidad que se extiende a las Comunidades Autónomas».