Gentes: Francesco Bamonte, presidente de la Asociación Internacional de Exorcistas (en Radio Vaticana) - Alfa y Omega

Los demonios existen; actúan en la historia personal y comunitaria de los hombres; no quieren que seamos discípulos de Jesús. El arma más poderosa contra ellos es la lectura y meditación de la Palabra de Dios –el Papa nos ha invitado a llevar siempre el Evangelio con nosotros–. Y luego está el Rosario, el encomendarse a la Virgen, la Confesión frecuente, la Santa Misa y la lucha contra nuestros vicios.

El exorcista es un evangelizador. Ante el dolor de las personas poseídas, es imposible permanecer indiferente. El exorcismo es una forma de caridad en beneficio de estas personas que sufren.