Caminos para los jóvenes

Ha pasado más de un año desde que el Papa anunciara el tema del próximo sínodo: Los jóvenes, la fe y el discernimiento vocacional. Fue una sorpresa. Pero grata y agradecida, porque sabíamos que esta decisión de Francisco, de colocar en el centro de las preocupaciones de la Iglesia a los jóvenes, nos pondría a todas las realidades de pastoral, en especial a la pastoral juvenil, en una actitud de reflexión, de escucha, de acogida. Pero también somos conscientes de que iba a ser una oportunidad, tal como está siendo, para que todos nos preocupemos de escuchar a los jóvenes, nos esforcemos por buscar respuestas, propuestas, iniciativas, para que sean y asuman el protagonismo real que deben tener en la Iglesia, hoy y mañana, porque los jóvenes no son solo el futuro, sino también el presente.

Nos pusimos manos a la obra: recogimos el documento que nos llegó desde la Secretaría del Sínodo de Roma, que nos planteaba una propuesta para reflexionar sobre la realidad que estamos viviendo en la pastoral juvenil en España y para escuchar por supuesto lo que están viviendo los propios jóvenes hoy y su relación con la Iglesia. Desde el Departamento de Pastoral de Juventud, junto con la Comisión Episcopal de Seminarios y Universidades, presentamos las preguntas del documento a todas las diócesis, a los movimientos y a las congregaciones que trabajan directamente con jóvenes.

El trabajo realizado ha sido muy positivo. Se ha dado una verdadera concienciación de la necesidad de hacer una reflexión abierta, real y pausada de la pastoral juvenil, partiendo de la escucha y el diálogo con los jóvenes. Con lo que nos dijeron tanto los jóvenes como los que trabajan con la pastoral juvenil surgió una síntesis, que muestra la necesidad por parte de la Iglesia de una escucha atenta a los jóvenes, a sus inquietudes y preocupaciones. De ofrecerles un mayor protagonismo.

Es un primer paso. Ahora, la Secretaría del Sínodo recogerá todas las aportaciones y elaborarán el instrumentum laboris, que será el documento que los obispos tratarán junto con el Papa en octubre de 2018. Es momento de analizar, reflexionar las respuestas de nuestros jóvenes tanto a nivel diocesano como nacional, y abrir cauces para la escucha de los alejados.