El Papa recomienda recogerse ante el Nacimiento para «adorar en el corazón el misterio de la verdadera Navidad» - Alfa y Omega

El Papa recomienda recogerse ante el Nacimiento para «adorar en el corazón el misterio de la verdadera Navidad»

Francisco vuelve a pedir la liberación de las personas secuestradas por Navidad e invoca la paz «para las poblaciones que más sufren a causa de los conflictos actuales»

Ricardo Benjumea

A las puertas de la Navidad, el Papa ha vuelto a pedir en el Ángelus la libertad «para que, con ocasión de la Santa Navidad, las personas secuestradas –sacerdotes, religiosos y religiosos y fieles laicos– sean liberadas y puedan regresar a sus casas».

«En la espera orante del nacimiento del Príncipe de la Paz –añadió el Pontífice–, invoquemos el don de la paz para todo el mundo, especialmente para las poblaciones que más sufren a causa de los conflictos actuales».

Francisco ha pedido también oraciones por los habitantes de la isla de Mindanao, en Filipinas, que ha sido golpeada por una tempestad que ha causado numerosas víctimas y daños. «Que Dios misericordioso acoja las almas de los difuntos y consuele a cuantos sufren por esa calamidad», dijo.

Además, ha instado a los fieles a no dejarse aturullar por el ruido y, en estas horas de espera para el 25 de diciembre, detenerse en silencio en oración delante del Nacimiento para «adorar en el corazón del misterio la verdadera Navidad, la de Jesús que se acerca a nosotros con amor, humildad y ternura».

La humildad de María

Previamente, al comentar el pasaje evangélico de este domingo, el cuarto y último de Adviento, el Papa animó a que, «mientras admiramos a nuestra Madre por su respuesta a la llamada y a la misión de Dios, pidámosle a ella ayudarnos a cada uno de nosotros a acoger el proyecto de Dios en nuestra vida, con sincera humildad y valerosa generosidad».

María responde con disponibilidad y servicio al anuncio del ángel y «no se exalta ante la perspectiva de convertirse en la madre del Mesías, sino permanece modesta y expresa su propia adhesión al proyecto del Señor». Por el contrario, «reconoce ser pequeña ante Dios, y está contenta de que sea así».

De este modo, como proclama el Magníficat, «Dios ha elevado a los humildes, porque con su respuesta humilde y generosa ha obtenido una gloria altísima».