Desafío a la Camorra - Alfa y Omega

Desafío a la Camorra

El Papa visita este sábado la ciudad de Nápoles, donde se encontrará con víctimas de la mafia y almorzará con los presos de una de las cárceles locales. Lanzará un desafío a la Camorra, la banda criminal local, con su compromiso a favor de una cultura de la legalidad y de la vida. Las sorpresas no faltarán…

Jesús Colina. Roma

Camorra. Éste es el nombre de la mafia napolitana. Una de las más temidas en Italia. Y el barrio de Scampia es su territorio más controlado: la pecera de donde surge la mayor parte de su mano de obra entre los jóvenes (ya a los once años los niños son utilizados como mensajeros u observadores del territorio). Un auténtico supermercado de la droga, que según algunos cálculos mueve 16.000 millones de euros al año.

Allí va este sábado el Papa Francisco, a la cueva del lobo de la Camorra. Celebrará el primer día de primavera, 21 de marzo, en que se celebra la Jornada de la Memoria y del Compromiso para recordar a las víctimas inocentes de todas las mafias.

Tras visitar el santuario mariano de Pompeya, uno de los más concurridos de Italia, el Papa llegará a las nueve de la mañana al campo deportivo municipal de Scampia, donde se reunirá con representantes de los diferentes sectores de la ciudad de Nápoles: representantes del mundo de la cultura, de la legalidad, del trabajo, de los emigrantes, de los sin casa, de los gitanos…

En la cárcel y con las víctimas de la mafia

A continuación, el Papa Francisco se dirigirá al centro de Nápoles, para presidir la misa multitudinaria en la Plaza Plebiscito y, luego, almorzará en la cárcel de Poggioreale junto a un grupo de detenidos, algunos de ellos sumamente jóvenes.

El sacerdote Luigi Ciotti, creador de la Jornada dedicada a las víctimas de la mafia, fundador del Grupo Abele para la ayuda de las personas enganchadas por la droga, y de la asociación Libera para combatir los abusos de la mafia en toda Italia, considera que esta visita del Papa constituye una encíclica escrita con encuentros personales y gestos personales.

«El Papa lleva en su corazón el problema de la corrupción, de la trata de seres humanos, el abuso de las mujeres en el mundo de la prostitución. No se cansa nunca de recordarnos que tenemos que asumir nuestra responsabilidad», comenta este sacerdote.

«Es impresionante –añade– que un hombre de Iglesia sepa unir tan bien la Palabra de Dios, en la que siempre debemos basarnos, con la petición de verdad, justicia y denuncia, hablando de los problemas sin pelos en la lengua».

Don Ciotti recuerda que el año pasado el Papa también celebró esta Jornada en Roma, con un encuentro con los familiares de las víctimas de la mafia. Para el sacerdote, esta visita del Papa al territorio de la Camorra constituye una auténtica esperanza para la población local, una auténtica primavera, pues permite afirmar y comprender que es posible vivir una vida libre de los tentáculos de la mafia.

Después de almorzar con los detenidos, el Papa se acercará a venerar las reliquias de san Genaro, obispo mártir y Patrono de Nápoles, en la catedral. Como es lógico, la gran expectativa de los napolitanos consiste en saber si la sangre del santo se volverá a hacer líquida en presencia del Papa. Un fenómeno inexplicable que se repite anualmente en esta ciudad.

Sobriedad

Luego, el Papa quiere reunirse con los enfermos de varios hospitales en la basílica del Gesù Nuovo, y terminar su visita con una fiesta: el encuentro con los jóvenes de esta exuberante urbe. Será una auténtica fiesta de fe, testimonio y música junto al mar. Un encuentro al que también están invitados los abuelos, quienes vivirán momentos dedicados en particular para ellos. Eso sí, será una fiesta sobria. El Papa ha insistido en que su visita no debe dar lugar a gastos innecesarios.

Se acaba de hacer pública la cancelación de dos conciertos, el de un rapper y un cantante de la región de Nápoles, que habían sido previstos con motivo de la visita papal. La archidiócesis de Nápoles no ha explicado los motivos, pero es sin duda un gesto significativo que busca concentrar la atención de todos en lo importante, quitando fastos y gastos que pueden confundir sobre el espíritu de esta visita papal.

Seguridad frente a la violencia

Pero hay otro frente abierto: la seguridad de la visita del Papa no es fácil. En los últimos meses, en el centro histórico de Nápoles, tiene lugar una guerra de baja intensidad entre los clanes de la Camorra para garantizar el control de las actividades ilegales en el territorio.

Dado que grandes eventos, como la visita del Papa, absorben muchas energías de las fuerzas de seguridad, los camorristas pueden aprovechar la ocasión para sus mutuos ajustes de cuentas. En días pasados, han estallado tiroteos en plena noche entre bandas rivales. Con frecuencia, cae alguna víctima inocente, sacrificada por el fuego cruzado.

En este contexto, las palabras que dirigirá el Papa son sumamente esperadas. La purificación exigida por el mismo Papa en los encuentros mismos de su viaje busca abrir una nueva esperanza.

Cuando el Pontífice se suba al helicóptero que le llevará de regreso al Vaticano y se despida de la ciudad, el ocaso del sol devolverá el color gris cemento que predomina en los barrios de Scampia.

Las estadísticas volverán a hablar su lenguaje implacable: un índice de paro que gravita entre el 50 y el 75 %…, y aquí no hay subsidios de desempleo dignos de ese nombre.

La Iglesia local ve en esta visita el inicio de una nueva primavera. Las palabras de un Papa argentino son particularmente eficaces para ese corazón de los napolitanos lleno de contrastes: de vida y de miedo, de bullicio y de sufrimiento, de creatividad y resignación… Tras este breve viaje, la Camorra quedará más sola. ¿Cuánto? El tiempo lo dirá.