«Detrás de cada expediente, siempre he visto vidas» - Alfa y Omega

«Detrás de cada expediente, siempre he visto vidas»

Carlos González García

Este lunes, con el ángelus marcando las 12:00 horas, la Facultad de Derecho Canónico de la Universidad Eclesiástica San Dámaso ha acogido la presentación del Nuevo Tratado de Derecho Procesal Canónico (Código de Derecho Canónico, Instrucción Dignitas connubii, M. P. Mitis Iudex Dominus Iesus), de monseñor Juan José García Faílde, decano emérito del Tribunal de la Rota de la Nunciatura Apostólica en España.

Presidido por el cardenal Carlos Osoro, arzobispo de Madrid y gran canciller de la UESD, el acto —celebrado en el Aula Pablo Domínguez— ha contado con la intervención de los cardenales Juan José Omella, arzobispo de Barcelona, y Lluís Martínez Sistach, arzobispo emérito de Barcelona; de Roberto Serres López de Guereñu, vicerrector de la UESD y decano de la Facultad de Derecho Canónico, y del autor de la obra.

Amor a la Iglesia y servicio a la Verdad

El vicerrector de la UESD ha comenzado la presentación haciendo un recorrido por el proceso de elaboración del libro. Serres ha agradecido a monseñor Juan José García Faílde el trabajo, que «es para nosotros un estímulo» para «estudiar y aplicar el Derecho Canónico con espíritu pastoral, amor a la Iglesia y sentido crítico al servicio de la Verdad», y siempre «con el deseo de ayudar a cuantos lo necesiten». Acto seguido, el cardenal Omella ha hecho un repaso por el currículum profesional, literario y formativo del autor, ensalzando su «dimensión judicial y docente», así como «los aspectos humanos y vitales que, en forma de huellas profundas, ha dejado en los alumnos» que han pasado por sus clases.

El arzobispo emérito de Barcelona se ha referido, principalmente, al Nuevo Tratado de Derecho Procesal Canónico. No sin antes recordar la «lejana y constante amistad con el autor» y su agradecimiento «por la orientación de servicio eclesial y acogida humana que dio a la Rota», así como «la ayuda que ha prestado a miembros de los tribunales eclesiásticos». Ha destacado que el lector «encontrará una expresión sistemática y didáctica de los contenidos del procesos canónico», y que el autor «ofrece la solución que, a su entender, fundamenta el mismo Derecho Procesal y la Jurisprudencia Canónica». Finalmente, el cardenal Sistach ha resaltado que monseñor García Faílde «ha pasado haciendo el bien», y «yo soy testigo de ello». Este Tratado, ha señalado el arzobispo, «incorpora un estudio sistemático sobre el Derecho Procesal Canónico, no solamente los contenidos del Código de Derecho Canónico de 1983, sino también dos documentos legislativos sobre la temática promulgados con posterioridad al nuevo Código y que han modificado disposiciones judiciales». Además, «aborda y desarrolla algunos temas nuevos, y nuevos son también muchos puntos de vista, enfoques y argumentaciones y matizaciones en relaciones con los viejos temas de siempre».

«Con el temblor de un niño que va a hacer un examen llegue aquí. Porque si mi libro aprobaba, me aprobaban a mí; y si mi libro suspendía, me suspendían a mí…». Así ha entablado el autor del libro su ponencia, cargada de tintes trazados con inteligencia, agradecimiento, humor y una oratoria delicada y culta. Con paso cuidado, ha agradecido a cada uno de los que le acompañaban en la mesa, a quienes les ha dedicado unas palabras. Cardenal Osoro, «usted no se da importancia y el pueblo le quiere y le admira», y «yo lo confieso en público: lo quiero y lo admiro». A su izquierda, el cardenal Omella ha escuchado cómo García Faílde contaba una anécdota sucedida, hace muchos años, con su madre: «Un día, en Logroño, le pregunté a tu madre qué tal estaba nuestro obispo. Y me contestó: “¿El párroco?”». Yo «le pregunté cómo estabas», y «tú madre me contestó cómo eras». Eso lo dice todo porque «nunca estuviste en la poltrona», ha confesado, «sino buscando a la gente». Por su parte, al arzobispo emérito de Barcelona, le ha recordado la amistad que les une y todo lo que han vivido juntos: «Contigo he compartido recuerdos y aficiones». Luis, «obispo, arzobispo, cardenal, un orgullo y un gozo, pero también una tristeza porque con ellos perdió el Derecho Canónico una gran personalidad», ha señalado. Y, ante todo, «siempre Luis, el amigo de siempre».

Finalmente, se ha dirigido a Roberto Serres, a quien le ha dedicado «unos versos que me ha prestado Bécquer», para recalcar que fue «su alumno esclarecido». Alumnos como él, algunos allí presentes, «que sois y fuisteis mis debilidades» porque «cuando os veo, creo que sigo viviendo al saber que algo mío germina en vosotros, aunque sois vosotros quienes lo hacéis germinar». Sabed, en definitiva, ha dicho a todos los presentes, que «detrás de un expediente, yo siempre he visto vidas» y que «siempre me ha gustado más vivir en la orilla de la libertad que de la ley».

Un Tratado que advierte lo que durante toda su vida ha sido y hoy es: «Siempre he pensado que habría que dar tanta libertad cuanta sea posible y usar siempre la ley que sea necesaria; y necesaria, sobre todo, para que la libertad no sea ilimitada e insoportable, y se convierta en arbitrariedad que produce la anarquía». Y si esto es así, «la ley —incluso de la Iglesia, incluso la Pontificia— debe ir cambiando a medida que van cambiando las circunstancias del hombre, porque el hombre también es historia», ha subrayado. Además, ha reconocido, que un libro es para su autor como un hijo, «solo que el libro apenas nace, se independiza de su autor y se lanza a la aventura por esos mares de Dios». Y «al autor no le queda otra cosa que desearle feliz travesía, feliz abrigo y feliz amarre en un puerto de suerte en el que le den buena acogida». Mi libro, por tanto, «tendrá todo esto porque va acompañado de lo que hoy ha habido aquí en abundancia: corazón. Y yo sé que el corazón es la llave del mundo y de la vida, y por eso la felicidad de aquí abajo se encierra en dos tiempos del verbo amar: amare y ser amado». Y yo «a todos os amo y por todos me siento amado».

En los sufrimientos y las dificultades de la vida

Para concluir el acto, el cardenal arzobispo de Madrid ha tomado la palabra y ha agradecido al decano emérito del Tribunal de la Rota de la Nunciatura Apostólica en España «este tiempo que nos ha tenido a todos atentos», porque «es usted una persona con fe, con sentido eclesial, que quiere estar cerca de los hombres y que quiere acompañarlos en los sufrimientos, en las soledades y en las dificultades que puedan tener en la vida». Por otra parte, ha destacado el prelado, es «una persona preocupada por los problemas reales del ser humano, un sacerdote con un gran amor a la Iglesia y un hombre que ha querido pasar por la vida haciendo el bien, imitando al Señor».

De esta manera, el arzobispo de Madrid se ha referido a este «maestro con competencia, experiencia y una gran formación», un referente para todos nosotros por toda una vida entregada «a dar lo que sabe y de lo cual se ha ido apropiando a través de los estudios, la vida y esa docencia que ha llegado a tantos alumnos en tantos lugares».

Información sobre el libro

El libro está disponible en el Departamento de Publicaciones de la UESD. El volumen corresponde a la Studia Canonica Matritensia, la colección científica de referencia de la Facultad de Derecho Canónico. En ella se publican monografías de investigación. Intenta ser el espejo en el que se refleje el rigor científico y académico de la Facultad. A través de la tienda online se puede consultar más información.