Cómo acoger a una persona con discapacidad - Alfa y Omega

Cómo acoger a una persona con discapacidad

La Comisión Diocesana para la Atención a Personas con Discapacidad acaba de publicar una guía que ofrece a sacerdotes y fieles pistas y consejos para alcanzar la inclusión en la comunidad parroquial. Se publica este domingo, coincidiendo con el Día mundial de las personas con discapacidad

Juan Luis Vázquez Díaz-Mayordomo
Foto: Vicaría de Pastoral Social e Innovación

La persona con discapacidad y su lugar en la iglesia. Guía para la acogida parroquial [disponible aquí en PDF] es el nombre de la nueva iniciativa de la Comisión Diocesana para la Atención a Personas con Discapacidad de Madrid, una guía confeccionada por personas con alguna discapacidad que ofrece a sacerdotes y fieles pistas y consejos necesarios para alcanzar la inclusión en la comunidad parroquial.

«Se trata de un recurso que ofrece una serie de buenas prácticas de acogida en las parroquias», afirma Víctor Hernández, coordinador de la comisión, «para saber qué hacer cuando llega a la parroquia una persona con discapacidad o con alguna dificultad, y cómo integrarla en la comunidad».

Para ello, la guía sugiere comenzar evitando el término discapacitados, y propone otros como personas con capacidades distintas, o con diversidad funcional, o con discapacidad intelectual, «pero lo mejor es que se llame a cada uno por su nombre, porque el nombre ayuda a consolidar su imagen como persona singular y diferente».

La guía no es un directorio de templos accesibles a las diferentes discapacidades, sino «un manual de acogida a estas personas, para saber qué hay que hacer y qué hay que prever en cada templo». Es un servicio que «hacía falta en Madrid, porque muchas veces la acogida que se ha hecho ha consistido más en aparcar a estas personas que en incluirlas en la comunidad. Hacemos cosas para ellas, pero no con ellas», asegura Hernández.

Para el coordinador de la comisión, una parroquia verdaderamente acogedora, «aparte de las cuestiones básicas de acceso y de proporcionar la posibilidad de comunicación a estas personas, ha de ser primero una parroquia consciente de que una persona con discapacidad es un fiel más, no un destinatario de caridad o de misericordia. Es un fiel como todos, que tiene sus aportaciones, y que puede ser capaz de participar plenamente, de ser protagonista. Ha de ser una comunidad en la que se tenga una visión integral de la persona. Eso es lo básico. Luego, los templos son los que tenemos y no podemos pretender que cambien su estructura de la noche a la mañana. Pero ese espíritu de acogida y de búsqueda de soluciones sí que lo debemos tener».

¿Qué se pierde una parroquia que no es acogedora con estas personas? Víctor responde que «ellas aportan lo mismo que cualquier fiel. Pero su elemento diferencial es esa visión de que todos somos hijos de Dios, de que todos estamos hechos a su imagen y semejanza, pero una semejanza que no está en el exterior, sino en la capacidad de amar y de acoger el amor, cada uno a su estilo. Nos ayudan a descubrir que todos, con capacidad o con discapacidad, podemos recibir ese amor y también aportar algo a la comunidad».

La guía estará disponible a partir del 3 de diciembre, Día mundial de las personas con discapacidad, en la página web archimadrid.es, y próximamente en vicarías y templos de la archidiócesis de Madrid.