Oropesa (3.000 habitantes) quiere Adoración Perpetua: «Esperamos la ayuda de todos» - Alfa y Omega

Oropesa (3.000 habitantes) quiere Adoración Perpetua: «Esperamos la ayuda de todos»

El arciprestazgo de Oropesa espera poder abrir la nueva capilla de Adoración Eucarística Perpetua antes de verano, a pesar de que este pueblo toledano sólo tiene 3.000 habitantes. En dos semanas, ya tienen 70 inscritos. Será la cuarta capilla que se abra en la diócesis de Toledo, apenas unos meses después que la de la capital haya celebrado su décimo aniversario. Eufemio Romano, coordinador general de Toledo y misionero eucarístico laico, comparte la experiencia de muchos adoradores: «Yo creía que le había dado una hora al Señor, y es él el que me la ha dado a mí». Y lamenta: «En Pakistán matan a los cristianos por ir a Misa, y nosotros tenemos Adoración Perpetua y no hacemos ni caso»

María Martínez López

La de Oropesa va a ser la cuarta capilla de Adoración Perpetua en Toledo. ¿Cómo ha surgido allí?
Oropesa es un pueblo pequeñito, de unos 3.000 habitantes. Pero es cabeza de arciprestazgo, y se va a hacer como algo arciprestal. Un grupo de sacerdotes llamó al padre Justo Lofeudo [Misionero de la Santísima Eucaristía y promotor en España de la Adoración Perpetua], que nos encomendó esta misión. Ya hemos tenido reuniones con los sacerdotes, que lo han tomado con mucha ilusión. Hemos ido un par de fines de semana a Oropesa. Ahora vamos a empezar a ir a los otros pueblos del arciprestazgo.

La capilla va a estar en el templo expiatorio, donde está la Fraternidad Reparadora Apostólica en el Corazón de Cristo Sacerdote, de forma que las hermanas puedan estar también adorando, en su capilla interior; y el pueblo en el templo. Ellas están encantadísimas, aunque pretendemos que no sea necesaria su ayuda para cubrir turnos porque una de las características fundamentales de la Adoración Perpetua es que está promovida y alentada por los seglares.

En estos primeros días de misión, ¿cómo está respondiendo la gente?
Ya tenemos 70 inscritos, que está muy bien. Se necesitan alrededor de los 400, para cubrir las 168 horas de la semana con más de una persona. Esta semana empezaremos a nombrar coordinadores y llamar a los inscritos para concretar las horas. Una capilla de adoración funciona con 29 coordinadores (uno de cada hora del día, cuatro para mañana, mediodía, tarde y noche, y el coordinador general), de forma que si hay cualquier problema con un par de llamadas se solucione. Nosotros quisiéramos que se inaugurara en mayo, que hay muchas fiestas bonitas (la Ascensión, san Pascual Bailón, Patrono de los adoradores…). Pero otra cosa es lo que Dios quiera. Esperamos la ayuda de todos, porque al ser un pueblo pequeño es más difícil.

La capilla de Toledo acaba de cumplir 10 años. ¿Qué es lo que más destacaría de sus frutos?
Lo que todo el mundo dice: que la vida de las personas va cambiando de una forma paulatina, y tienen una mayor vivencia de la Santa Misa. Antes de que se abriera la capilla, en Toledo se hacía exposición del Santísimo alguna hora en alguna parroquia. Ahora, se hace en todas las parroquias varias horas, y también las parroquias de pueblos pequeñitos van teniendo adoración. Además, la constancia es fenomenal. Empezamos con 400 o 500, y ahora estamos 550. Se producen bajas por enfermedad o fallecimiento, pero prácticamente cuando uno se da de baja, entra otro. La adoración crea adicción: tu turno es una hora muy especial porque está llena de generosidad y de amor. En ella, le estamos diciendo que no a algo nuestro (leer el periódico, ver la televisión, dormir…) y el Señor se vuelca en generosidad.

¿Conocen casos de gente a la que haya cambiado la vida de forma radical?
Hay un muchacho que cuando empezó a venir tenía unos 30 años. Había tenido bastantes problemas: le habían detectado una enfermedad, había tenido algún desengaño amoroso y le habían trasladado en su trabajo. Había recibido instrucción religiosa de pequeño, pero se había alejado. Al llegar a Toledo, dedicaba las tardes a hacer turismo. Un día pasó por la capilla, entró, y se encontró con el Santísimo Expuesto. Se quedó un rato sentado, y vio que el recogimiento, el silencio y la paz era lo que estaba buscando. Decidió ir ahí todas las tardes, y luego se inscribió. Dice siempre: «Yo creía que le había dado una hora al Señor, y es él el que me la ha dado a mí». Otros muchos adoradores dicen lo mismo.

«Donde se abre una capilla, crecen las vocaciones»

Toledo es la segunda diócesis de España en número de seminaristas. ¿Han salido vocaciones entre los adoradores?
En Toledo siempre ha habido bastantes vocaciones. Pero sí es verdad que, donde se abre una capilla de Adoración Perpetua, crecen las vocaciones. En diversas ciudades, por ejemplo Bilbao, están creciendo las vocaciones precisamente desde que se abrieron. En Toledo las ha habido, pero sobre todo de religiosas. En la Fraternidad Reparadora de Oropesa hay varias religiosas que han estado en la Adoración Perpetua. En Toledo tenemos también un grupo de niños adoradores, desde los 13 años, y hay varios que dicen que quieren ser sacerdotes o monjas. Luego será lo que Dios quiera, pero de momento apuntan a ello. Tenemos adoradores adultos que se han inscrito porque sus hijos lo estaban. Como con todas las cosas de Dios, la influencia de la Adoración Perpetua es extraordinaria y difícil de prever.

¿Qué le diría a alguien que está indeciso?
Quien no va a la adoración no sabe lo que se está perdiendo. Pero en España estamos acomodados. Mira lo que ha pasado en Pakistán este fin de semana, que han matado a unos cristianos por ir a Misa mientras en España mucha gente andaba mirando qué Misa le convenía más. Aquí tenemos la Misa, tenemos adoración, y no hacemos ni caso. Somos como el rico Epulón: disfrutamos comiendo y bebiendo, y despreciamos todo lo demás. Jesucristo se da a nosotros se da a nosotros las 24 horas, todos los días. Y nosotros no encontramos tiempo para una hora a la semana… Cuando estoy en las misiones, le pregunto a la gente: «¿Verdaderamente tú crees que Jesucristo está en el Santísimo Sacramento o que lo acabas de recibir en la Comunión? Pues yo soy el primero que no está tan seguro, porque si estuviera convencido de ello, no me despegaría del Sagrario».

¿Cómo se implicó usted en la Adoración Perpetua?
En la Cuaresma de 2004, yo era guía de los Talleres de Oración y Vida, y el padre Justo Lofeudo vino a Toledo para poner en marcha la capilla de Adoración Perpetua de aquí. Fui a la reunión, me apunté, y me preguntó si quería colaborar como coordinador general. Para mí, la Eucaristía siempre ha sido la raíz de todo. Lo he vivido desde que era monaguillo. Luego estuve un tiempo en la Adoración Nocturna, y además siempre que he tenido un poco de tiempo andaba buscando donde podía tener un rato largo para estar con el Señor. El 90 % de los adoradores han conocido de pequeños alguna de las modalidades de adoración. Por eso, es muy importante educar a los niños.

Además, es misionero eucarístico laico.
El padre Justo nos lo propuso a unos cuantos, para ayudarle en las misiones que nos encomienda y a las que él no llega, aunque siempre coordinados y orientados por él. Yo me quedé viudo hace cuatro años, estoy jubilado y bien de salud, mis hijos ya tienen su vida, y no tengo una dependencia familiar que me ate, y podía hacerlo. Me hubiera gustado compartirlo con mi esposa, pero Dios es más sabio y un día me dijo: «Ella es mía, dámela y dedícate a esto», y yo se la entregué. Acepté por lo que dice el evangelio de san Juan: «No sois vosotros los que me habéis elegido, soy yo quien os he elegido y os he destinado para que vayáis y deis fruto, y vuestro fruto permanezca». Y por lo de san Pablo a los Corintios: «Predicar no es para mí motivo de orgullo. No tengo más remedio y, ¡ay de mí si no anuncio el Evangelio!».