Cardenal Stella: La Iglesia «necesita una conversión y purificación permanente» - Alfa y Omega

Cardenal Stella: La Iglesia «necesita una conversión y purificación permanente»

El prefecto de la Congregación para el Clero ha participado en las jornadas El Derecho en la misión de la Iglesia, de la Universidad Eclesiástica de San Dámaso. Durante su intervención, en la que ha hablado de El futuro de la formación sacerdotal: retos para el ordenamiento canónico, el cardenal Stella ha abogado por «salvaguardar la fraternidad sacerdotal» y ha reconocido que «lo que más la destruye son los chismes»

Carlos González García
Foto: José Luis Bonaño

El Aula Magna del Seminario Diocesano de Madrid ha acogido, durante la mañana de este lunes, 6 de noviembre, la jornada sobre El Derecho en la misión de la Iglesia. Tras el acto de apertura, a cargo de Javier Prades López, rector de la UESD, y Roberto Serres López de Guereñu, vicerrector de la UESD y decano de la Facultad de Derecho Canónico, el profesor doctor Giovanni Minnucci, de la Universidad de Siena, ha hablado de Lutero, el derecho canónico y los juristas protestantes.

Acto seguido, monseñor Paolo Bianchi, vicario judicial del Tribunal Eclesiástico Regional Lombardo, ha desarrollado una ponencia sobre La elección de la forma procesal brevior para la declaración de nulidad de matrimonio (Mitis Iudex Dominus Iesus). A su conclusión, ha tomado la palabra el cardenal Beniamino Stella, prefecto de la Congregación para el Clero, con el tema El futuro de la formación sacerdotal: retos para el ordenamiento canónico.

Salvaguardar la fraternidad sacerdotal

El cardenal Stella ha subrayado que «la renovación de la Iglesia no es una operación cosmética», sino que «la auténtica renovación pasa por la renovación de la Curia Romana» y «necesita, como dice el Papa, una conversión y purificación permanente». Conversión, ha señalado el prelado, que «tenemos que hacer, especialmente, los pastores de la Iglesia».

El purpurado ha desarrollado su ponencia en torno dos claves: «los aspectos importantes de la acción sacerdotal» (centrados en una formación integral «que abarque la totalidad de la persona» en su dimensión espiritual, intelectual o académica y pastoral) y «los criterios que ayuden a una correcta aplicación de la actual normativa canónica en referencia al tema sacerdotal». Siguiendo la línea del Papa Francisco, ha abogado por «salvaguardar la fraternidad sacerdotal» y ha reconocido que «lo que más la destruye son los chismes».

Foto: José Luis Bonaño

Dadores de la Buena Noticia

El cardenal arzobispo de Madrid y gran canciller de la UESD, Carlos Osoro, ha clausurado la jornada agradeciendo el «esfuerzo inmenso que se ha hecho para que esta nueva gracia recoja aspectos que son esenciales y fundamentales», y que «requieren también de nosotros un cambio». Es una gracia, ha aseverado, «que quiere hacer presente el ministerio sacerdotal en esta época nueva que tenemos y que estamos viviendo». Y esto requiere, también por nuestra parte, «hacer opciones pastorales y pedagógicas, como ha hecho la Ratio, para formar a los sacerdotes en el mundo».

El purpurado también ha agradecido «el esfuerzo que ha hecho la Congregación para el Clero –y que está haciendo– por comunicarse permanentemente». Y también a los seminaristas del Mayor, «porque ellos son los que tienen que ayudar en esta formación que se requiere para estar presentes en el mundo, como dadores de esta Buena Noticia que es Jesucristo, como pastores configurados con Nuestro Señor». Sois vosotros, ha confesado, poniendo su mirada en los seminaristas mayores presentes, «protagonistas de la recepción de esta gracia».

Foto: José Luis Bonaño

María, causa de nuestra alegría

Asimismo, el arzobispo ha recordado la figura de la Virgen María, «nuestra patrona, y que celebramos estos días». Ella «es causa de nuestra de alegría, como decía en mi carta pastoral», y «alegre tiene que ser la propuesta que nos hace el Santo Padre a la hora de formarnos como sacerdotes y de dar esta formación». En ese sentido, ha destacado que «si en María la alegría venía de acoger a Dios en nuestra vida, en la vida real, en el momento concreto en que Ella vivió, de mantener viva la presencia de Dios en la historia, vaya alegría poder hacer presente el rostro de Cristo a través de nuestro ministerio en la historia concreta en la que estamos y en la que todos tenemos una responsabilidad». Ella es causa de nuestra alegría porque «también promueve acciones que muestran el rostro de Dios» y «tenemos que estar también involucrados, del mismo modo, aunque esto también requiere mover la silla un poco para hacer sitio a otros o a otras cosas que son importantes…».

Aunque, ha concluido, «estoy seguro que lo vamos a hacer».

Finalmente, el prelado ha dado las gracias, «en especial», al cardenal Stella, «por estas horas que ha dedicado a nuestra diócesis de Madrid».

Foto: José Luis Bonaño