13 nuevos cardenales para una Iglesia más cercana
Dos españoles –Miguel Ángel Ayuso y Cristóbal López–, entre los purpurados anunciados por el Papa el pasado domingo en el ángelus
Una Iglesia abierta, comprometida con los pobres y en diálogo con el mundo. Este es el gran mensaje que deja la lista de 13 cardenales (tres de ellos, mayores de 80 años, sin derecho a voto por tanto en un futuro cónclave), que el Papa anunció por sorpresa el domingo durante el rezo del ángelus. El consistorio se celebrará en Roma el 5 de octubre, víspera de la apertura del Sínodo de la Amazonía.
Precisamente el secretario especial de la asamblea de obispos será el jesuita checo-canadiense Michael Czerny, subsecretario de la Sección de Migrantes y Refugiados, el único no obispo de los 13, a quien la noticia sorprendió en Brasil, en un encuentro con movimientos populares latinoamericanos. El neocardenal visitó España en julio para participar en una reunión a puerta cerrada con entidades de Iglesia, asociaciones de migrantes y ONG, en la que estuvo presente este semanario. Se habló sobre cómo unir fuerzas frente a los discursos xenófobos y populistas, desde la preocupación por el apoyo que estas corrientes han encontrado en algunos sectores católicos.
Más esperado era el nombre del obispo comboniano Miguel Ángel Ayuso, sevillano de 67 años, quien desde finales de mayo preside el Pontificio Consejo para el Diálogo Interreligioso y que fue el principal impulsor de la Declaración de Abu Dabi, firmada en febrero durante el viaje de Francisco. Se trata de un documento histórico en el diálogo con el islam, línea en la que destacan otros dos de los nuevos cardenales: el salesiano español Cristóbal López, arzobispo de Rabat, y el arzobispo de Yakarta (Indonesia), Ignatius Suharyo Hardjoatmodjo. «Es un pastor que se preocupa mucho no solo de los católicos, sino de todo el pueblo, al margen de la religión que la gente tenga», dijo al felicitar a este último el secretario de la Comunión de Iglesias Protestantes de Indonesia, Gomar Gultom.
Compromiso social y político
Son todos prelados de marcado perfil social y trato pastoral cercano, de acentuada línea misionera, en clara sintonía con el actual pontificado. Algunos de los nuevos cardenales destacan también por su claro compromiso social y político. Fridolin Ambongo, arzobispo de Kinsasa, es una de las voces más claras en defensa hoy de la democracia y los derechos humanos en República Democrática del Congo. Y al guatemalteco Álvaro Ramazzini, obispo de Huehutenago, se le conoce por su posicionamiento con los pueblos indígenas frente a las multinacionales mineras, lo que le ha valido incontables amenazas de muerte.
Claro perfil político tiene igualmente el arzobispo de Luxemburgo y presidente de los obispos de la UE, Jean-Claude Hollerich, quien tras su nombramiento aseguró al diario Le quotidien compartir con el Papa «la misma visión de una Iglesia que quiere estar cerca de la gente y se involucra en la defensa de los derechos del hombre y por el clima».
Entre los nuevos cardenales con derecho a voto hay otros dos europeos: el portugués José Tolentino Mendoça, el joven bibliotecario y archivista del Vaticano (tiene 53 años), poeta y teólogo a quien el Papa encargó la predicación para la Curia durante el retiro de Cuaresma de 2018; y el arzobispo de Bolonia, Mateo Zuppi, miembro de la Comunidad de Sant’Egidio y viejo amigo de Bergoglio, con quien comparte una acentuada sensibilidad social.
Completa la lista el arzobispo de La Habana, Juan de la Caridad García, cuyo nombramiento se produce a pocas semanas del fallecimiento a los 82 años, el pasado 26 de julio, de su predecesor, Jaime Ortega. En los días siguientes, ya durante el mes de agosto, han muerto otros dos purpurados: el mexicano Sergio Obeso Rivera, a los 87 años, apenas trece meses después de que el Papa lo creara cardenal (sin derecho a voto) en reconocimiento a su trayectoria, y el histórico diplomático Achille Silvestrini, estrecho colaborador de Pablo VI y Juan Pablo II.
Mayoría absoluta franciscana
Con estos diez purpurados, el número de cardenales electores se sitúa en 128. Los nombrados por Francisco superan por primera vez la barrera del 50 %, con 67, frente a los 43 creados por Benedicto XVI y los 18 de Juan Pablo II, distancia que se ampliará hasta final de año, cuando otros cuatro purpurados habrán alcanzado los 80 años, de los que solo uno ha sido nombrado en el actual pontificado.
Europa sigue siendo el continente que más cardenales aporta al colegio cardenalicio, el 43 %, pero desde 2016 ha perdido la mayoría absoluta. Le siguen América Latina (18 %), África y Asia (13 % cada una), América del Norte (10 %) y Oceanía (3 %).
Por naciones, España, con ocho cardenales electores, se mantiene en tercer lugar de la clasificación, después de Italia (23) y Estados Unidos (nueve). España e Italia son las dos únicos países con representantes en todos los consistorios convocados hasta la fecha por Francisco. El Papa ha creado cardenales a los arzobispos de Valladolid (Blázquez), Madrid (Osoro) y Barcelona (Omella), además de al prefecto para la Doctrina de la Fe, el valenciano Luis Ladaria, y al obispo de David (Panamá), José Luis Lacunza. Y ya sin derecho a participar en un cónclave, por superar los 80 años, ha impuesto la birreta roja a Fernando Sebastián, fallecido el pasado mes de enero, y al también claretiano Aquilino Bocos.
En el consistorio del 5 de octubre habrá tres cardenales eméritos: el inglés Michael Louis Fitzgerald, quien fuera presidente del Pontificio Consejo para el Diálogo Interreligioso hasta que, de forma sorprendentemente, Benedicto XVI lo destinó en 2006 al Cairo para acabar su carrera como nuncio en Egipto; el obispo italiano Eugenio Dal Corso, que fue misionero en Angola; y el obispo jesuita lituano Sigitas Tamkevicius, superviviente de la persecución en tiempos de la Unión Soviética.