Una gesta científica y religiosa - Alfa y Omega

Una gesta científica y religiosa

La Universidad Complutense conmemora con una exposición el V Centenario de la impresión de la Biblia Políglota, gesta científica y religiosa capitaneada por el cardenal Cisneros

Fernando de Navascués

La invención de la imprenta tuvo un asombroso efecto difusor de la cultura. El invento de Gutenberg, a mediados del siglo XV, abarató los costes y agilizó la producción de obras escritas. Entre los más beneficiados, la Biblia y la investigación universitaria. Fruto de ambas es la edición de la Biblia Políglota, que dirigió y promovió el cardenal Francisco Jiménez de Cisneros desde la Universidad de Alcalá de Henares, la Complutense. El esfuerzo realizado fue pionero en Europa. Años después, vendrían otras ediciones (Amberes en 1569, Heidelberg en 1586…, y sólo hasta 1645 en París y 1657 en Londres), pero sobre todo tuvo unas derivadas culturales y religiosas cuyo parangón es difícil encontrar en el momento actual.

La Universidad Complutense de Madrid ha organizado, en la Biblioteca Histórica Marques de Valdecilla, la exposición V Centenario de la Biblia Políglota Complutense. La Universidad del Renacimiento. El Renacimiento de la Universidad, para conmemorar que se han cumplido cinco siglos desde que, en 1514, comenzó a imprimirse esta obra. La Políglota es la primera gran obra científica del mundo moderno. Se trata de una edición crítica del Antiguo y del Nuevo Testamento en sus lenguas originales. Sus páginas contienen el texto en que fueron escritos los libros sagrados, junto a su traducción al latín. Un aporte más que novedoso, revolucionario en aquel momento.

La obra nace en la España anterior a Carlos V. Aún no había nacido santa Teresa y san Ignacio vivía en Arévalo a las órdenes del contador mayor de Castilla, Juan Velázquez de Cuéllar. Son los albores del esplendor cultural del Siglo de Oro español.

Cisneros, para su gesta científica y religiosa, contó con los más altos eruditos del momento: Alonso de Alcalá, Pablo Coronel, Alfonso Zamora, Demetrio Ducas, Hernán Núñez de Toledo y, por supuesto, Antonio de Nebrija.

La Biblia Políglota utiliza, para el Antiguo Testamento, el hebreo (y arameo), la versión griega de los LXX y el latín, y para el Nuevo, el griego original y el latín. Para la versión latina, sigue usando la Vulgata, en contra de la opinión de Nebrija, quien proponía una nueva traducción. Con estos textos, explica el filólogo jesuita Natalio Fernández Marcos, «Cisneros coloca la Vulgata en la columna central entre los textos hebreo y griego de la Septuaginta, al igual que Cristo entre los dos ladrones, como dirá en el prólogo al lector, por ser la Vulgata símbolo de la Iglesia Romana, la única que se mantuvo siempre inmóvil a la verdad».

La obra fue publicada en seis volúmenes: cuatro para el Antiguo Testamento, uno para el Nuevo, y el último para ofrecer diversos recursos en el estudio de la Biblia: un diccionario hebreo y arameo, una gramática hebrea, etc. De los 600 ejemplares impresos, se conservan algo más de 120.

La exposición incluye 100 piezas. Se pueden hojear, tocar y leer facsímiles y, a través de códigos QR insertados en los paneles explicativos, se pueden descargar, en móviles y tabletas, videos explicativos, música de la época, escuchar la Biblia en su idioma original o descargarse versiones digitalizadas de las obras expuestas. Lo antiguo y lo moderno se alían y comparten un mismo espacio.