«Soy alumno en la escuela de fe de mis fieles» - Alfa y Omega

«Soy alumno en la escuela de fe de mis fieles»

Mientras el Estado Islámico secuestra a 90 cristianos, el resto de familias sirias que permanecen en el país llenan las Iglesias en Cuaresma y rezan cada noche, frente a una vela, por la paz. «No dejan de surgir testimonios de perdón, de conciliación, de amor», afirma a Alfa y Omega el Patriarca greco-melquita de Antioquía, Gregorios III Laham

Redacción
Cristianos sirios en Misa

Al cierre de esta edición, el Estado Islámico acababa de secuestrar a 90 cristianos en Tal Shamiram, una aldea de la región de Al Hasaka, al nordeste de Siria. Sin embargo, en medio de tanto odio, no dejan de surgir testimonios «de perdón, de conciliación, de amor». Así lo ha aseverado el Patriarca greco-melquita de Antioquía, Gregorios III Laham, a Alfa y Omega, quien se reconoce «alumno en la escuela de fe de mis fieles». Por ejemplo, en este tiempo de Cuaresma, todas las iglesias de Damasco están llenas cada tarde. «Están demostrando una gran fuerza espiritual», asegura. Luego, en casa, las familias cristianas, cada noche, encienden una vela, leen el Evangelio y piden por la paz.

Una paz que no llega, y que se vio especialmente truncada el martes, tras el ataque a la aldea de Tal Shamiram. La población está cerca de Tal Tamr, lugar donde, en las últimas semanas, se han registrado combates entre los terroristas y los soldados kurdos. Según el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos –SOHR–, la organización con sede en el Reino Unido que dio la noticia, el secuestro es una respuesta a la ofensiva de las milicias kurdas para arrebatar al EI zonas ricas en petróleo y gas. Este ataque de los kurdos ya se ha cobrado la vida de dos personas que ayudaban a los kurdos. Han sido ejecutadas por los islamistas.

Además del secuestro, el EI prendió fuego a dos de las iglesias de la zona, una de ellas, de las más antiguas del país. Según la agencia de noticias SANA, los terroristas llegaron a bordo de camiones, causando un número hasta ahora desconocido de víctimas y desplazados. Gregorios III Laham, el martes a primera hora, todavía desconocía la noticia del secuestro de los cristianos. Lo supo por esta redacción. Sí conocía la quema de las iglesias en la región de Al Hasaka. Ante esta situación, reconoció el gran «sufrimiento con el que recibimos estas noticias, como ya pasó con el asesinato de los cristianos coptos. Éste es nuestro pan cotidiano». Aunque «vivimos con miedo, también lo hacemos con coraje», reconoció. Pero la situación no parece tener fin, y los cristianos están marchándose del país. También de Irak. Para el Patriarca de Antioquía, los cristianos de Oriente Medio están dando una gran lección de fe: «Somos el pequeño rebaño que sufre. Tenemos tanta pobreza, tanta hambre, tanta gente que deja sus casas, sus bienes… También los que han dejado el país están sufriendo mucho».

Gregorios III Laham celebra la Eucaristía en Damasco

Los nuevos cruzados

Y es que los cristianos son los nuevos cruzados. Así se refieren a ellos los miembros del Estado Islámico. Lo afirma el SOHR en su comunicado, en el que especifican que sus fuentes sobre el terreno escucharon a los yihadistas por las radios inalámbricas llamar así a los secuestrados. Es el mismo término que utilizaron para describir a los 21 egipcios coptos asesinados en Libia. Y los terroristas quieren acabar con los cruzados. «Pero estamos fuertes –sostiene Laham–. Tenemos miedo y vivimos con desesperación, pero la Iglesia está junto a los fieles». También han pasado a la acción. En cada parroquia, se ha creado un pequeño comité de ayuda a las familias, y desde el Patriarcado se reparten a estos comités 50.000 dólares al mes.

Esta Iglesia que peregrina en Siria está arropada por organizaciones como Ayuda a la Iglesia Necesitada, que envía parte de esa ayuda que luego se reparte a las parroquias. También lo hacen, desde España, Manos Unidas y la Conferencia Episcopal Española. Pero no es suficiente para la magnitud de una guerra que ya dura cinco años. Por eso, el Patriarca tiene peticiones: «Si viniera a vernos un obispo español, nos ayudaría mucho. No para hacer política, sino para rezar con nosotros y dar fuerza espiritual a nuestros fieles. Estos signos son muy importantes para nosotros». Y pide a Rusia y a Europa que les ayuden: «Estamos cansados de tantas víctimas, de tanto sufrimiento».

J. L. V. D.-M. y C. S. A.