Un hogar para doce niños de Belén - Alfa y Omega

Un hogar para doce niños de Belén

«Aquí me ayudan a estudiar y me protegen. También puedo dibujar y hacer artesanía», cuenta Yousef. El Hogar para chicos de los franciscanos ha cumplido diez años

María Martínez López
El padre Marwan (en el centro, con gafas) con los chicos del hogar en Belén. Foto: Padre Marwan

«Abuna Marwan es como un padre para mí». Es la respuesta de varios de los niños que viven en el Hogar para chicos de Belén (Palestina) cuando les preguntas por el director de la casa. Fray Marwan es un fraile franciscano, por eso lleva el fray delante. Pero los niños le llaman abuna, que en árabe quiere decir padre. Es lo que se dice a los sacerdotes, pero para estos niños tiene un significado especial. «Me gusta abuna Marwan porque cuida de nosotros y nos hace comidas ricas», nos cuenta Yousef, de 10 años.

Este niño llegó al hogar hace tres. «Mis padres no podían cuidarme», explica. La idea de poner en marcha la casa se le ocurrió al anterior párroco de Belén, fray Amjad. Visitando a las familias cristianas de Belén, se dio cuenta de que algunas de ellas tenían problemas tan serios que «los niños podían sufrir por estar en casa», explica Marwan. «Eran hogares en los que alguno de los padres era adicto a las drogas, el alcohol, o donde había violencia y familias pobres con muchos hijos».

En septiembre, el Hogar para chicos cumplió diez años, y todos lo celebraron con una fiesta. «Lo más importante de la celebración es el bien que esta casa ha hecho a los 83 niños que han pasado por aquí», dijo Marwan.

Como una familia más

Ahora mismo, en el hogar viven doce chicos cristianos de 6 a 18 años. Están allí de lunes a sábado, y el domingo lo pasan con su familia. Otros 16 van solo después del colegio. «Vivimos como cualquier otra familia», cuenta fray Marwan: por la mañana los chicos van al colegio Terra Sancta, del que él mismo es director. «Cuando vuelven comemos todos juntos. Luego hacen los deberes y jugamos, estamos juntos o hacemos deporte».

Imagen de Yousef. Foto: Padre Marwan

Cada día, antes de acostarse, rezan una pequeña oración todos. Además, una vez a la semana tienen Misa. A veces, cuando no hay colegio, el padre Marwan lleva a los niños de picnic. «Lo que más me gusta es que aquí puedo pintar y hacer artesanía, y me ayudan a estudiar y me protegen. También me encanta la comida, especialmente la tarta que preparamos nosotros», dice Yousef.

Cuando cumplen 18 años, los chicos tienen que dejar el hogar, pero sigue siendo su segunda casa. «Les ayudamos a estudiar en la universidad y hacemos todo lo posible para que encuentren un trabajo», explica el director. Es el caso de Nadeem, que después de dejar la casa hace cuatro años estudió Matemáticas y ahora es profesor en el colegio Terra Sancta. «Cuando yo sea mayor –cuenta Yousef– quiero ser inventor, o un artista para hacer retratos bonitos».

Este miércoles, tanto en la escuela como en el hogar estuvieron de celebración otra vez: era la fiesta de san Francisco de Asís, el fundador de los franciscanos. Fue él el que, desde el principio de la orden, quiso que sus frailes estuvieran en Tierra Santa, donde había vivido Jesús. Este año es el octavo centenario de su presencia en esta región; es decir, que a pesar de todas las guerras en la zona, los franciscanos han vivido allí durante ocho siglos. Con sus hábitos marrones, son de las personas más conocidas de la Iglesia en Israel y Palestina. Cuidan de los santuarios construidos sobre muchos de los sitios donde estuvo Jesús, y también tienen una labor social muy importante, sobre todo a través de los colegios, y de otros proyectos como este Hogar para chicos.