La Iglesia en Colombia mira con esperanza el alto el fuego entre Gobierno y ELN - Alfa y Omega

La Iglesia en Colombia mira con esperanza el alto el fuego entre Gobierno y ELN

El cese temporal de las hostilidades entre el Gobierno y la guerrilla que comenzó este domingo «abre un camino hacia el fin del conflicto armado», afirma el obispo de Quibdó, una de las zonas más golpeadas por el ELN

María Martínez López
Foto: REUTERS/Federico Ríos

La medianoche del domingo comenzó en Colombia el alto el fuego bilateral acordado por el Gobierno y la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN). La Iglesia católica mira este paso adelante en las negociaciones «con esperanza, pero también con preocupación», ha afirmado monseñor Juan Carlos Barreto, obispo de Quibdó y miembro de la comisión de la Iglesia que acompaña las negociaciones.

20 diócesis colombianas van a participar en el proceso de paz como representantes de la sociedad civil. Estarán encargadas de verificar y comprobar, junto a una delegación de la ONU y a representantes del Gobierno y el ELN, que en los 33 municipios con presencia de esta guerrilla se está cumpliendo lo acordado. El alto el fuego, que se anunció días antes de la visita del Papa a Colombia a comienzos de septiembre, está previsto hasta el 9 de enero. Existe, no obstante, la posibilidad de que se prorrogue si el resultado de las evaluaciones es positivo.

«Se abre un camino hacia el fortalecimiento del fin del conflicto armado y esperamos que sea un paso para avanzar hacia su terminación», señaló el prelado. Tras el acuerdo de paz con las FARC, el ELN es el principal conflicto pendiente de resolver en el país. Sin embargo, monseñor Barreto también mostró su prevención ante los posibles obstáculos que puedan surgir en el camino. «Esperamos realmente que todos los frentes del ELN y el Gobierno nacional tengan este compromiso que han manifestado».

Últimos atentados

Un problema es la posible actitud contraria al proceso de uno de los frentes más duros de los elenos, el del Chocó. En este departamento del noroeste del país está la diócesis de monseñor Barreto. Los combatientes de esta región «deben dar el paso» y aceptar el cese temporal de las acciones de guerra, ha afirmado el obispo, haciéndose eco de la petición de la mesa de Quito (Ecuador). Allí, los negociadores pidieron que todos los frentes, comandantes y mandos de la guerrilla participen en el proceso de paz.

Desde el noreste, monseñor Víctor Manuel Ochoa, obispo de Cúcuta (departamento de Norte de Santander), ha pedido a los guerrilleros que «entren de verdad a un proceso serio de paz y reconciliación». El martes 26 de septiembre, el ELN atentó contra el oleoducto de Caño Limón Coveñas en este departamento y en el vecino de Arauca.

«Es un hecho reprochable. Hay muchas personas afectadas, los campesinos son los que sufren, han sido tocadas las fuentes de agua y los cultivos de las comunidades», subrayó el obispo.

Los dos obispos han hecho estas declaraciones desde el V Encuentro de Agentes de Reconciliación y Paz, que el viernes concluyó en Bogotá. Esta reunión, organizada por la Comisión de Conciliación Nacional, ha juntado a más de 100 sacerdotes, religiosos, comunicadores y otros agentes de pastoral que acompañan a las comunidades que acogen las zonas de transición de los exguerrilleros de las FARC a la vida civil.