El Arzobispado de Madrid estrena el curso con una nueva imagen de la Almudena - Alfa y Omega

El Arzobispado de Madrid estrena el curso con una nueva imagen de la Almudena

El claustro de las oficinas del Arzobispado de Madrid cuenta con una nueva imagen de la Virgen de la Almudena

Juan Luis Vázquez Díaz-Mayordomo
Alicia Huertas y la escultura. Foto: Alicia Huertas

El claustro de las oficinas del Arzobispado de Madrid cuenta con una nueva imagen de la Virgen de la Almudena. La escultura, bendecida por el cardenal Osoro durante la inauguración del curso que tuvo lugar este miércoles, es obra de la artista madrileña Alicia Huertas, que ha reproducido en mármol y a tamaño natural la imagen de la patrona de Madrid.

Foto: Alicia Huertas

La obra está hecha según las medidas de la talla original situada en el interior de la catedral, «ni más grande ni más pequeña. Pero no es una mera reproducción exacta hecha a partir de un molde; he hecho algún pequeño cambio, para que diga tanto de espalda como de frente, dándole una forma más humana», señala Alicia Huertas, quien desvela también cómo fue el proceso de estudio de la imagen: «Me hizo mucha ilusión cuando me encargaron esta obra, y solo pedí poder subir al altar de la Virgen y tocar y acariciar su imagen. Necesitaba sentirla para después reproducirla».

Venerada desde el siglo XI

Alicia estuvo allí tres horas y media, tomando medidas, dibujando bocetos y haciendo fotografías, «pero la última media hora fue solo mirar y sentir. Sonaba el órgano de la catedral de fondo y, luego, el silencio. Me grabé acariciándole la cara a la Virgen para recordar lo que estaba sintiendo, y me di cuenta de la dificultad del encargo. Pensé: “No puedo copiar esta Virgen”, porque cuando tocaba la talla me daba cuenta de que estaba acariciando unos ojos ante los que la gente, desde el siglo XI, ha estado rogando, suplicando, dando gracias, contando sus penas… Esta Virgen es única y solo puede estar en el altar. No se puede hacer un copia de algo tan bonito y emocionante».

Por eso, Alicia se alegra de «poder trasladar al patio del Arzobispado todos esos sentimientos, para que quien pase por delante tenga ganas de orar y pedir, aunque sea en un espacio no dedicado al culto».

La relación de la artista con la Almudena viene de lejos. Alicia –que tiene en su catálogo numerosas esculturas de temática religiosa– pidió a sus padres que celebrasen sus bodas de oro en la cripta de la catedral, y cuando murió su padre encargó un funeral en el mismo lugar. «Para mí es un privilegio trabajar allí. Ahora, cuando la gente ve la escultura de la Virgen y dice: “Qué bonita y qué cercana”, pienso que lo he conseguido. Es nuestra Virgen, es la Almudena».