Manos Unidas denuncia que el analfabetismo golpea a los refugiados - Alfa y Omega

Manos Unidas denuncia que el analfabetismo golpea a los refugiados

La ONGD católica apoya la educación de 600 niños sirios e iraquíes en el Líbano. En el mundo, 750 millones de jóvenes y adultos no saben leer ni escribir

Redacción
Las jóvenes y mujeres refugiadas, en su mayoría musulmanas, se benefician de los proyectos que Manos Unidas apoya a los Fratelli (misioneros de La Salle y Maristas) en Líbano. Foto: Fratelli para Manos Unidas

Los flujos migratorios y el desplazamiento masivo de refugiados ha causado en la actualidad una grave crisis de analfabetismo. Lo denuncia Manos Unidas con motivo del Día Internacional de la Alfabetización, que se celebra el 8 de septiembre. La UNESCO ha alertado sobre esta tendencia, al detectar que muchos niños refugiados han visto interrumpidos sus estudios en una edad crucial.

También las mujeres han visto mermadas sus oportunidades al llegar a los países de acogida y comprobar que su falta de alfabetización les impide lograr acceder a sus más elementales derechos. Se ve así que la alfabetización va más allá de saber leer y escribir e implica habilidades sociales y relacionales, comprender el saber, el lenguaje y la cultura de una sociedad.

Para la ONGD católica, la alfabetización no solo es un derecho humano esencial, sino que sin ella no sería posible cumplir ninguno de los Objetivos de Desarrollo Sostenibles (ODS) propuestos por la ONU para 2030. «La posibilidad de leer o de comprender los documentos escritos, incorporarse a la era digital y las habilidades sociales, están directamente relacionados con la erradicación de la pobreza y con el desarrollo de los pueblos y sociedades» asegura María José Hernando.

200.000 niños refugiados sin escolarizar

Pero, además de denunciar, Manos Unidas aporta su granito de arena para hacer que el derecho a saber leer, escribir y contar llegue también a los refugiados. Prueba de ello son los proyectos que financia en el Líbano. Este pequeño país, fronterizo con Siria e Israel, tiene un 25 % de la población —1,2 millones de personas— refugiada.

La decisión del Gobierno hace dos años de prohibir el registro de nuevos refugiados ha generado, además de falta de atención médica y de vivienda, la no escolarización de 200.000 niños refugiados.

Apoyo escolar en el asentamiento

Manos Unidas junto a SB Overseas, uno de nuestros socios locales en la zona, apoya un proyecto que se desarrolla en el campo de refugiados vertical de Ouiza (Sidón) un lugar en el que se vive en terribles condiciones: edificio de cinco plantas sin terminar de construir y abandonado donde se hacinan más de 1.200 refugiados sirios.

En ese asentamiento, SB Overseas tiene una escuela de apoyo escolar donde se ofrece alfabetización y formación profesional tanto a la infancia como a jóvenes de más de 14 años y a aquellas mujeres que lo solicitan. A este apoyo académico y psicológico que beneficia a 304 niños y niñas y con el que se espera llegar a apoyar a 150 jóvenes y mujeres, todos ellos refugiados, Manos Unidas está destinando 70.000 euros.

Además, y desde diciembre de 2016, Manos Unidas apoya dos centros escolares, en Relieh (Sidón) y también en Beirut, junto a la Asociación Fratelli. El proyecto, que durará aproximadamente 12 meses y al que se han destinado 70.782 euros, está logrando alfabetizar, educar y escolarizar, así como apoyar psicológica e integralmente a cerca de 300 niños, niñas y mujeres refugiados de Siria e Irak.

Algunas de las niñas y niños que se benefician de los proyectos que financia Manos Unidas en Bihar (India) Foto: África Marcitllach/Manos Unidas

Clave para superar la pobreza

Con todo, la falta de alfabetización no es solo un problema para los refugiados. Según múltiples acuerdos internacionales, que se reflejan en la legislación nacional, los Estados están obligados a que la alfabetización esté disponible; sea accesible a todos sin discriminación; sea aceptable en términos de calidad; culturalmente apropiada y esté adaptada a las necesidades concretas de las comunidades. Pero, según afirma Hernando, «aunque algunos países han ampliado sus sistemas escolares, no han sabido cómo enseñar a las poblaciones más vulnerables dando lugar a generaciones de analfabetos escolarizados».

Actualmente, 750 millones de jóvenes y adultos no saben aún leer ni escribir, 250 millones de niños no consiguen adquirir las capacidades básicas de cálculo y lectoescritura y 72 millones de niños y niñas no están escolarizados. Esos jóvenes y adultos poco instruidos y cualificados no logran integrarse plenamente en sus comunidades y entornos sociales.

Esto es especialmente grave «ya que la alfabetización es el principal medio por el que la infancia, pero también los adultos, en particular las mujeres, pueden superar la pobreza e integrarse plenamente en la sociedad». Precisamente, este año 2017, la propuesta desde la UNESCO para este Día Internacional se centra en La alfabetización en la era digital.

Dos tercios de analfabetos son mujeres

Según los datos de la UNESCO, las dos terceras partes de la población analfabeta mundial son mujeres (479 millones). Geográficamente, la mayor brecha está en Asia (77 % de hombres alfabetizados frente a 58 % de mujeres), el norte de África (82 % de hombres frente al 66 % de las mujeres) y el África Subsahariana (69 % de hombres frente al 53 % de las mujeres). Unos 16 millones de niñas de entre 6 y 11 años nunca irán a la escuela primaria, en comparación con 8 millones de niños en la misma situación.

Para superar esta brecha, Manos Unidas presta especial atención a los proyectos de alfabetización y educación de niñas y mujeres, como los que financia en Bihar (India). Esto reduce eficazmente la falta de desarrollo en niñas y mujeres y también disminuye las cifras de matrimonios precoces infantiles, a la vez que mejora las tasas de mortalidad materna e infantil y la nutrición y la educación de las familias.

Los «comedores de ratas»

Hace tan sólo unos meses Manos Unidas ha comenzado a apoyar un proyecto de desarrollo integral para mujeres y jóvenes que está teniendo lugar en 23 aldeas de Ratanpurwa, en Bihar, uno de los estados considerados más pobres de la India, centrada en población tribal (Tharu y Uraon) que vive de la agricultura y que se rige por un sistema patriarcal muy tradicional que les mantiene muy marginados y con una gran desigualdad respecto a otras poblaciones.

Este proyecto, al que Manos Unidas destina 80.521 euros y que desarrolla a través de organizaciones jesuitas de la zona, beneficia a 760 personas, sobre todo niñas y las mujeres, las más afectadas por esta falta de desarrollo y cuyas cifras de abandono escolar se sitúan en torno al 80 % y las de acceso a enseñanzas superiores solo alcanza al 1 %.

También en Bihar, pero en la localidad de Gaunaha, Manos Unidas junto a READ-Asociation for Rural Education and Development, lleva a cabo un proyecto financiado con 77.569 euros y que beneficiará de 2.560 mujeres, niños y niñas, en su mayoría de los descastados musahars (comedores de ratas) para lograr la alfabetización, formación no formal y formación profesional de esta población de cara a lograr su desarrollo y también para mejorar su acceso a oportunidades laborales e iniciativas económicas que aseguren los ingresos familiares.

Manos Unidas / Redacción