La Iglesia Latinoamericana se compromete con la causa de los pobres - Alfa y Omega

La Iglesia Latinoamericana se compromete con la causa de los pobres

Redacción

La Iglesia Latinoamericana se compromete con la causa de los pobres. Este es el principal mensaje surgido tras el encuentro dedicado al 50 aniversario de la encíclica Populorum progressio, del beato Pablo VI, celebrado en San Salvador en el centenario del natalicio del beato Óscar Romero y que culminó con tres días de actividades formativas y de reflexión conjunta.

En el encuentro se reunieron el Departamento de Justicia y Solidaridad del CELAM (Consejo Episcopal de Latioamérica), representantes de las delegaciones de Pastoral Social y Cáritas de 22 países de la región, la Escuela Social del Cebitepal, integrantes del equipo directivo de Caritas Internationalis e invitados especiales de Europa y Estados Unidos.

Al final del encuentro, los presentes firmaron un documento titulado Un nuevo humanismo para el desarrollo integral, en el que se subraya los «diversos desafíos que hoy nos interpelan y nos duelen: La pobreza, y la tendencia regresiva a ella de millones de personas en nuestros países». Estos desafíos, continúan, son «producto de sistemas económicos y políticos que valoran más el tener que el ser, el beneficio económico más que la vida, las ideologías por encima de las personas, y que asumen el poder como dominación y no como servicio liberador».

Con el compromiso asumido «desde la fe en Jesucristo que ilumina, desde dentro de nosotros mismos, la naturaleza y la exigencia del desarrollo integral y solidario», la Declaración final presenta un llamamiento a gobiernos, instituciones públicas, instituciones religiosas y empresarios a «trabajar solidariamente por el bien común, por un desarrollo integral y solidario; promoviendo la vida, respetando la naturaleza y nuestros ecosistemas como obra del Creador asumiendo las propuestas de la encíclica Laudato Si’ del Papa Francisco, sabiendo que no podrá haber desarrollo sin el respeto de la creación, sin una mayor valoración de las culturas indígenas y las creencias ancestrales de nuestros pueblos».

Antes de acabar, el mensaje final alienta a trabajar para que «toda persona logre pasar de condiciones menos humanas a condiciones más humanas, siendo conscientes que sin el desarrollo de nuestros pueblos es muy difícil lograr la paz».

RV / Redacción