La familia, escuela de comunicación - Alfa y Omega

Tan sólo 11 años han transcurrido entre el Mensaje para la Jornada de Oración para las Comunicaciones Sociales, que Juan Pablo II dedicó a la familia, y el que acaba de publicar el Papa Francisco. Este breve período de tiempo pone de manifiesto la importancia que la institución familiar tiene en la misión de la Iglesia.

En esta ocasión, enmarcada entre la celebración de los dos Sínodos de los Obispos sobre la familia, el Papa pone en práctica uno de los objetivos de las proposiciones sinodales que componen los Lineamenta del que se celebrará el próximo mes de octubre: la propuesta del valor que supone la familia cristiana para el desarrollo de cada persona en particular y de la sociedad en general.

Desgraciadamente, en muchos medios de comunicación, se ha obviado la formulación de la belleza del matrimonio cristiano que desarrolla la Relación Final del Sínodo Extraordinario de la Familia, celebrado del 5 a l 19 de octubre del pasado año. En cambio, esos medios se han centrado, desde un planteamiento polémico, en tan sólo las 12 proposiciones (de 62) que contemplan el cuidado a las familias heridas y el acompañamiento pastoral a las personas con orientación homosexual. Hace falta, por tanto, recuperar todo el planteamiento propositivo de la familia cristiana que proponen los Padres sinodales, para poder interpretar el documento en toda su riqueza.

Éste es el planteamiento de Francisco al subrayar la necesidad de observar la institución familiar como «primer lugar donde aprendemos a comunicar de modo más auténtico y más humano», aprovechando el intercambio entre las distintas generaciones, caracteres, y límites personales, lo que favorece no sólo el enriquecimiento personal de cada miembro de la familia, sino la oportunidad de pedir perdón cuando se ofende. El Papa añade que la familia es escuela de perdón, y un «ambiente privilegiado» para experimentar «la gratuidad del amor».

Como advertía san Juan Pablo II, en su Mensaje de 2004, las familias no están exentas de riesgos debido al desarrollo de los medios de comunicación social. Desgraciadamente, vemos cómo, en muchas ocasiones, los adelantos tecnológicos que mejoran las redes sociales de comunicación provocan un aislamiento de los individuos, incluso en el hogar. No resulta difícil encontrar una reunión familiar donde muchos de sus miembros se encuentran manteniendo una conversación, a través de Whatsapp, con alguien que no se encuentra físicamente, en lugar de relacionándose con quienes tienen a su lado.

De ahí el reto que supone para la Iglesia devolver la riqueza de la comunicación interpersonal y fomentar la cultura del encuentro, tal y como insiste el Papa Francisco desde el inicio de su pontificado. Este Mensaje de Santo Padre para la 49 Jornada de las Comunicaciones Sociales contribuye a fundamentar con la reflexión este desafío para la nueva evangelización de las familias.