Nuevo obispo auxiliar de Bangassou: «Confiamos en Dios» - Alfa y Omega

Nuevo obispo auxiliar de Bangassou: «Confiamos en Dios»

Jesús Ruiz Molina es misionero comboniano y, desde el pasado 11 de julio, obispo auxiliar de Bangassou, en la República Centroafricana. Acompañará en la diócesis a monseñor Juan José Aguirre en un momento especialmente difícil por el largo y cruento conflicto que ha contribuido a llevar a este país a ocupar la última posición en el ranking mundial de desarrollo humano

Maite Eguiazábal Rodríguez

¿Cuál es su vinculación con Soria?
No soy nacido en Soria, pero tengo raíces profundas sorianas y me considero soriano. Mis padres son de La Olmeda, cerca de El Burgo de Osma, pero al trabajar en la Renfe cada hijo fuimos naciendo en una estación diferente: Almazán, La Cueva de Roa y… el tren se paró en Miranda de Ebro, donde se afincaron hasta hoy aunque pasan la mitad del año o más en La Olmeda. Este pueblecito encantador y deshabitado es mi rincón preferido para desconectar, descansar. Las vacaciones las paso allí, con mi familia: paseos, río, cangrejos, la preciosa ciudad de El Burgo de Osma… Me encanta su paisaje y su gente, disfruto en Soria.

¿Cómo vive este nombramiento que se produjo, además, el día en que celebraba su 30 aniversario de ordenación sacerdotal?
Es un cambio total en mi vida. Estaba preparando mi prejubilación; después de casi 25 años en África, había planeado regresar a Miranda para descansar, reformatearme un poco y estar cerca de mis ancianos padres. Este nombramiento episcopal ha cambiado completamente mis planes, me une con el pueblo centroafricano hasta la muerte.

Pese a la escasez de cobertura mediática sabemos que la situación es muy crítica en República Centroafricana, ¿cuáles son las últimas noticias al respecto?
La situación está que arde. En el seminario diocesano tenemos 2000 musulmanes refugiados pues los antibalakas (uno de los grupos armados en el conflicto), cuchillo en mano, buscan degollarlos… Llevan así varios meses. Hace pocos días, algunos radicales musulmanes atacaron la catedral, quemaron doce motos y dañaron muchos de los coches de la diócesis… el obispo Juanjo Aguirre recibe todos los días amenazas anónimas por teléfono diciendo que van a matar a algún cura, ya que los antibalakas han matado al imán de la mezquita. Mientras tanto, las Naciones Unidas son incapaces de controlar la situación. Hay un contingente de 180 cascos azules de Marruecos, pero la gente los ve como cómplices con los musulmanes. El día de Santiago mataron a dos (ya van nueve) y hoy temíamos la represalias sobre la población civil. El 50 % de la población ha huido al Congo o a otros lugares. La ministra de Defensa nos acaba de decir que el lunes 31 van a enviar un contingente de intervención especial para echar a los cientos de antibalakas de Bangassou y liberar el seminario alojando a los musulmanes en otro sitio. Nosotros, Juanjo y yo, queremos volar este viernes, si encontramos vuelo con los equipos humanitarios, pues la mayoría se han ido, han huido. Confiamos en Dios y solo queremos la paz.

¿Cuáles son sus planes y objetivos inmediatos con este viaje?
Primero conocer un poco Bangassou pues, aunque llevo nueve años en este país, nunca he puesto el pie en esta región, que está a 1.000 kilómetros de mi actual parroquia. Luego, a mediados de agosto, espero ir a visitar a mis ancianos padres y aprovechar para los controles médicos que tenía previstos desde hace tiempo. En septiembre haré una semana en Limone (Italia), la tierra de Comboni, con todos los obispos combonianos, unos 15 en total, y luego con Juanjo haremos los trámites pertinentes en la Santa Sede. Después regreso a Centroáfrica para preparar la consagración, que tendrá lugar el 12 de noviembre en Bangui, pues en Bangassou será imposible. Será el cardenal Dieudonné Nzapalainga, el cardenal más joven de la Iglesia, quien me consagrará obispo junto con mis dos hermanos combonianos, Juanjo y Rino.