Más de 900 misioneros madrileños en Iberoamérica - Alfa y Omega

Más de 900 misioneros madrileños en Iberoamérica

El día 4, primer domingo del mes de marzo, la Iglesia española tuvo un especial recuerdo por los misioneros que trabajan en Iberoamérica, con el lema Comprometidos con América en la nueva evangelización

Cristina Sánchez Aguilar

Desde la Delegación de Misiones del Arzobispado de Madrid, recuerdan que, al hilo del Sínodo de Obispos sobre Nueva Evangelización que se celebrará el próximo mes de octubre, «en Iberoamérica es necesaria la nueva evangelización, en la que España no puede dejar de aportar su ayuda y su trabajo, como ya lo hizo en la primera evangelización, en la que los misioneros llevaron la fe a aquellos pueblos y naciones». Por eso, piden a los fieles que sean «conscientes de que nuestros hermanos que viven en aquellas tierras, permanecen fieles al Señor y a la Iglesia gracias a los sacerdotes, seglares, religiosos y religiosas que están cada día, con ellos» y recuerdan que «nuestra aportación, nuestra oración, nuestro recuerdo, no puede ser sólo por lo que hicieron los primeros evangelizadores de aquellas tierras. Hoy, ahora, hay misión, se hace misión, se vive la misión. Y nosotros también nos debemos sentir implicados».

La diócesis de Madrid cuenta con 980 misioneros en Iberoamérica, de los cuales, 457 son religiosas -y otras 11 de clausura-, 278 son religiosos, 78 son sacerdotes y 156 seglares. Allí atienden parroquias, hospitales, son rectores o directores espirituales de semanarios, capellanes de universidad… donde la Iglesia local les ha pedido que se entreguen y sirvan a las comunidades.

Aprovechando la festividad, varios de los misioneros han enviado cartas a la Delegación de Misiones, agradeciendo la ayuda y oración constante, como es el caso de la Hermana María del Carmen Trillo Castañón, Carmelita Misionera en Argentina, donde lleva casi 50 años -ahora tiene 79-: «Gracias a Dios tengo una buena salud que me permite seguir trabajando pastoralmente con ancianos y adultos. Pido al Señor que me siga regalando unos añitos de vida útil para seguir trabajando por el Reino».

También escribe, desde Chile, sor Rosario Alonso Niño, Hija de María Auxiliadora: «Somos gente de esperanza y la fuerza del Espíritu Santo nos acompaña en todo momento. Gracias por acogernos y hacernos sentir, ante todo, Iglesia», afirma.