Misas en cinco idiomas en la Sagrada Familia - Alfa y Omega

Misas en cinco idiomas en la Sagrada Familia

La basílica busca el equilibrio entre su tirón turístico, con 4,5 millones de visitas en 2016, y la función litúrgica: estrena eucaristías dominicales

ABC
Vista del templo de la Sagrada Familia, de Barcelona

Cuando en 1882 se puso la primera piedra del Templo Expiatorio de la Sagrada Familia, y un año después Antoni Gaudí asumía la dirección del proyecto, un fenómeno como el del turismo de masas era inimaginable. Con una construcción a caballo entre tres siglos, y encarando la recta final de los trabajos –previstos para 2026, en coincidencia con el centenario de la muerte de su arquitecto–, la Sagrada Familia trata de encontrar un equilibrio, no siempre fácil, entre la función litúrgica de la basílica y su tirón como icono arquitectónico, imán de visitantes y postal más reconocible de una Barcelona que, como las torres del templo creciendo hacia el cielo, no alcanza a ver su techo turístico.

Con objeto precisamente de potenciar su función inicial, el Arzobispado de Barcelona ordenó hace pocas semanas regularizar el servicio de culto con misas cada domingo, al margen de los distintos servicios que a diario ha venido ofreciendo la Parroquia de la Sagrada Familia, aunque en este caso en el interior de la cripta. Ayer a primerísima hora de la mañana los fieles más madrugadores ya guardaban cola para asegurarse sitio en el interior para asistir a la primera misa regular. La entrada es libre y limitada a la capacidad del templo: 700 personas sentadas y 2.000 de pie.

Desde el Arzobispado, con el cardenal arzobispo Juan José Omella al frente, se explica que habían detectado una fuerte demanda de muchos fieles deseosos de entender la visita a la Sagrada Familia de una manera completa, y no limitada a su deslumbrante arquitectura: en definitiva, un visitante más allá de la chancla y la bermuda.

Cifras en ascenso

Para ello, la Misa de los domingos, a las nueve de la mañana, se oficiará en catalán, castellano, inglés, francés e italiano, sin descartar otros idiomas en función de la demanda. Algo para nada descartable vista la afluencia a la Misa de ayer. Solo fueron una pequeña porción de los que visitaron el templo, pero es que las cifras que año a año se van conociendo solo son comparables a la ambición del propio Gaudí. En 2016 fueron 4,5 millones (800.000 más que en 2015), mientras que otros 15 millones se limitaron a contemplar la obra desde el exterior y se ahorraron los 15 euros de la entrada.

Precisamente para que la avalancha turística no se lleve por delante la iniciativa, se han establecido unas limitaciones: durante la Misa no se podrá circular por el interior, y el flujo de visitantes «ordinarios» se suspende hasta su finalización. Tampoco se permite hacer fotos durante el oficio, algo a lo que ayer alguno de los asistentes no se pudo resistir.

Álex Gubern / ABC