Recogida de firmas en Europa contra la eugenesia - Alfa y Omega

Recogida de firmas en Europa contra la eugenesia

El Tribunal Europeo de Derechos Humanos debe decidir en los próximos meses sobre varios casos relacionados con el aborto. Una de las cuestiones en conflicto es el supuesto derecho a conocer las anomalías que padece el feto, para así poder abortarlo. Ante este intento de convertir la eugenesia en un derecho, 14 entidades de Europa han puesto en marcha una campaña de recogida de firmas

María Martínez López

Frena ahora la eugenesia para proteger a las personas con discapacidad. La eugenesia no es un derecho. Bajo este lema, 14 entidades que atienden a personas con síndrome de Down han puesto en marcha una campaña de recogida de firmas en toda la Unión Europea. Entre ellas, se encuentran la Asociación Europea Síndrome de Down, la Fundación Jérôme Lejeune de Francia, y la Fundación Síndrome de Down de Madrid.

El motivo de la campaña es que, en breve, el Tribunal Europeo de Derechos Humanos juzgará el caso de Anita Krüzmane vs. Letonia. Hace 10 años, la señora Krüzmane tuvo una hija con síndrome de Down, e inició acciones administrativas, civiles e incluso penales contra su médico por no haberle remitido a una prueba de alfa fetoproteína, que detecta riesgo de anomalías en el feto. Al no hacerse la prueba –aducía–, no se había enterado de la anomalía de su hija, por lo que no había podido decidir si abortarla o no. La única sanción recibida por el médico fue una multa, ya que en la historia médica de la paciente sí constaba que se le había pedido la prueba, pero el médico no se había asegurado de que se la hiciera.

Hasta 2007, Krüzmane agotó todos los recursos posibles dentro del sistema jurídico de su país. Ahora, se presenta ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos, alegando que, al no conocer la condición de su hija para decidir abortarla, se violó su derecho a la atención sanitaria y al respeto hacia su vida privada. Desde la legalización del aborto en Estados Unidos (caso Roe vs. Wade), suele interpretarse que este último derecho implica libertad total para abortar.

Que reconozcan la humanidad

El manifiesto para la campaña de recogida de firmas subraya que lo que «constituye una verdadera violación de los derechos humanos» es «la eliminación sistemática de los niños trisómicos de Europa», y no «el hecho de que algunos de ellos hayan escapado a esta selección».

Reconocer como derecho humano el poder eliminar a los niños con trisomía 21 -u otra anomalía- antes de su nacimiento «lleva a estigmatizar a un grupo humano seleccionado sobre la base de su genoma, a negar simple y llanamente la humanidad de las personas que padecen esta patología, y a instaurar el mecanismo de su eliminación». Por eso, estas entidades piden al Tribunal y a todas las instituciones europeas que «reconozcan la humanidad y protejan el derecho a la vida de las personas trisómicas y minusválidas».

El Centro Europeo para la Ley y la Justicia (ECLJ) afirma que «la ley internacional y la Convención Europea de Derechos Humanos no crean un derecho al aborto, sino que, en vez de eso, el Estado tiene la obligación positiva de proteger la vida y preservar los derechos y los intereses en conflicto. Por tanto, el Estado debe, por ejemplo, evitar la estigmatización de las personas con discapacidad y de sus familias, proteger la libertad de los padres para no abortar, hacer efectiva la prohibición de la eugenesia y la discriminación genética, respetar el propósito terapéutico del diagnóstico prenatal, respetar el derecho a la objeción de conciencia del personal sanitario, etc.».

Una decisión que afecta a todos

El Centro también explica que la importancia de este caso aumenta en este momento, pues, en los próximos meses, el Tribunal de Estrasburgo se va a enfrentar a varias decisiones relacionadas con el aborto: dos casos de presunto nacimiento erróneo como el de Letonia; el caso de una mujer polaca que se queja de las dificultades que encontró para que su hija menor abortara; el de una mujer embarazada que, presuntamente, murió debido a que un médico objetó a practicarle un aborto; una mujer que se quedó estéril tras un aborto y que afirma que no se le informó de los riesgos; y la prohibición en Italia del diagnóstico preimplantatorio.

«El Tribunal Europeo –añaden– tendrá la responsabilidad de definir, para los 47 Estados miembros, gran parte del marco legal del aborto y de cuestiones como la eugenesia y la objeción de conciencia. Esta responsabilidad es significativa porque el Tribunal ha desarrollado estas normas de jurisprudencia, en gran medida, fuera del marco de la Convención. Frente a una sociedad que tiende con fuerza a negar el valor y la humanidad de la vida prenatal a favor de eliminarla o explotarla, el Tribunal interpretó la Convención Europea de forma que tolera la práctica del aborto, mientras expresamente niega la existencia de un supuesto derecho al aborto».

Para adherirse a la recogida de firmas: www.stopeugenicsnow.org