Los niños de Alepo podrán ir de campamento este verano

Por primera vez después de seis años de guerra, los niños de Alepo van a poder vivir un verano en paz, un poco más parecido al de los niños españoles. Así lo cuenta el hermano George Sabé, responsable del centro que los maristas tienen en esta ciudad.

«Incluso vamos a poder hacer un campamento fuera de la ciudad, a unos 200 kilómetros, para pasar un cierto tiempo en actividades al aire libre», explica el religioso en un mensaje de voz enviado al programa infantil La hora feliz, de Radio María. Esta actividad se suma a otras «muchas» que van a poder realizar dentro de la misma ciudad con la tranquilidad que supone que ya no haya bombardeos ni disparos.

Salir de una ciudad donde no hay agua ni luz

Durante la guerra, los maristas se han esforzado por ofrecer a los más pequeños un lugar donde seguir siendo niños y olvidar un poco su situación, con proyectos como educación básica para los niños cuyos padres no se atrevían a llevar al colegio, juegos, catequesis y un grupo scout. También han ofrecido ayuda material a sus familias.

La paz que reina en Alepo desde diciembre, cuando los últimos rebeldes fueron expulsados de la zona este de la ciudad, hace posible que las múltiples actividades de este verano se vayan a vivir en otro ambiente. Les permite también organizar otras hasta ahora imposibles, como el campamento.

Sacar a los niños de la ciudad es importante porque, aunque «los niños gozan ya de una cierta paz» y «la situación va mejorando a todos los niveles», sus condiciones de vida distan mucho de ser las ideales. «Nos falta aún el hecho de recibir agua en nuestras casas y electricidad», explica el hermano George.

5.000 cartas desde España

Los 250 niños y adolescentes que acuden al centro de los maristas son parte de los chicos de Alepo que recibieron felicitaciones de Navidad a través de la campaña puesta en marcha por el PequeAlfa junto Radio María a través de La hora feliz. También recibieron una muestra de cariño y oración los 800 niños del centro de los salesianos en la misma ciudad.

Realizada durante las semanas previas a Navidad, la respuesta a la campaña fue enorme: los niños, muchos a través de sus colegios y parroquias, enviaron 5.000 tarjetas, cartas y dibujos. Hacerlas llegar a la ciudad fue toda una aventura: las llevó en mano un marista al Líbano, donde los hermanos de Alepo las recogieron, igual que hacen con el resto de la ayuda que reciben. Al ser muchas más cartas que niños, PequeAlfa pidió tanto a los maristas como a los salesianos que repartieran las sobrantes entre otros pequeños de la ciudad.

A la campaña se sumaron también niños desde Ecuador, Italia, Polonia, e incluso Singapur. En su mensaje de voz, el hermano Sabé agradece una vez más a los niños españoles «toda la atención que nos prestáis, y vuestra oración».