Las Iglesias reformadas se unen a la Doctrina de la Justificación - Alfa y Omega

Las Iglesias reformadas se unen a la Doctrina de la Justificación

La Comunión Mundial de las Iglesias Reformadas se ha sumado a la Doctrina de la Justificación. Se une así a católicos, luteranos y metodistas que ya tenían una postura común en este aspecto

Agencias
El Papa Francisco y el presidente de la Federación Luterana Mundial, el obispo Munib Younan, en Lund, el 31 de octubre de 2016. Foto: ANSA

«En el momento de la Reforma, en el Siglo XVI, un punto fundamental de controversia fue el tema de la Justificación, es decir cómo se vuelve efectiva en el pecador la gracia de Cristo, la salvación. Entonces, en el diálogo ecuménico nos dimos cuenta, en primer lugar los católicos y los luteranos, que en el fondo tenemos la misma visión de esta doctrina. Ello permitió la firma de la Declaración conjunta sobre la Justificación en 1999.

Luego, en 2006, la Iglesia metodista se asoció a esta doctrina. Y ahora hace lo mismo toda la Comunión de las Iglesias Reformadas. Esto quiere decir prácticamente que la Iglesia católica y todas las Iglesias históricas protestantes tienen la misma visión teológica de cómo se hace real la salvación. Y, por lo tanto, tenemos una base común para una gran colaboración, no sólo espiritual, sino también eclesial. Es decir que ahora las Iglesias tienen una base para poder colaborar más intensamente», ha dicho al respecto monseñor Brian Farrel, secretario del Pontificio Consejo para la Promoción de la Unidad de los Cristianos.

Asimismo, Farrell ha explicado el énfasis especial sobre la justicia que se proponen brindar las Iglesias Reformadas: «Quieren subrayar que cuando somos justificados ante Dios por la gracia, tenemos por eso una responsabilidad, un compromiso: el de trabajar por la justicia en el mundo, que es una consecuencia natural de la justificación. Los reformados tienen este sentido del deber de subrayar, en este momento concreto en el que vivimos, la importancia de este compromiso con la justicia, de trabajar para transformar el mundo, según las reglas del Evangelio».

Este importante paso de las Iglesias Reformadas supone, según el secretario del Pontificio Consejo para la Promoción de la Unidad de los Cristianos, «que a nivel local o regional, católicos, luteranos, metodistas y reformados pueden trabajar juntos por la transformación de la sociedad, para brindar ayuda a la humanidad que sufre».