Nuevos obreros para la mies - Alfa y Omega

Nuevos obreros para la mies

Treinta y cinco nuevos sacerdotes han sido ordenados en Roma. Guillermo, Mario, Gilberto, Giovanni y Dean Johnpaul cuentan las circunstancias que les llevaron a entregarse totalmente a Dios

José Calderero de Aldecoa

El pasado sábado 5 de mayo, el prelado del Opus Dei, monseñor Javier Echevarría, ordenó en la basílica de San Eugenio en Roma a treinta y cinco nuevos sacerdotes.

Durante la homilía, el sucesor de monseñor Álvaro del Portillo y de san Josemaría Escrivá recordó la promesa hecha por Dios a los hombres: «Por boca del profeta Isaías, Dios había prometido: Os daré pastores que sean conformes a mi corazón y que os guíen con sabiduría (cfr. Is 61, 1). Y, en efecto, una vez más, el Señor es fiel a su promesa. Treinta y cinco diáconos de la Prelatura del Opus Dei van a recibir la ordenación sacerdotal, que hace presente en este mundo el sacerdocio de Cristo».

Guillermo, Mario, Gilberto, Giovanni y Dean JohnPaul son 5 de los 35 nuevos ministros. En sendas entrevistas a la página web del Opus Dei, cada uno reflexionó sobre el camino que les ha llevado hasta el sacerdocio.

Guillermo se empezó a interesar desde pequeño por la cultura china y hace pocos años se fue a vivir a Taiwán, allí descubrió «primero, mis limitaciones. En circunstancias tan distintas se vuelven más evidentes», aunque en el país asiático también se sorprendió del «valor de la amistad, y cómo son capaces de trabajar mucho y bien». Acostumbrado a otra cultura, Guillermo se dio cuenta de que, «en los países donde menos gente se ha encontrado con Jesús, el mensaje llega de manera más fresca que en otras tierras».

La historia de Giovanni es bien distinta. Nació en Roma hace 33 años, estudió Medicina, pero antes de entrar en la universidad, su madre enfermó y murió. «Su enfermedad me hizo ver cuánto se puede ayudar a una persona, aun aquellas que se enfrentan irremediablemente a la muerte», explicaba Giovanni Zaccaria. Ahora será médico del alma y dedicará su vida a lo que quiere, a «servir, servir a los demás, que Cristo pueda servir a los demás a través de mí: esa es mi gran ilusión». Otra, es su labor específica: «me hace especial ilusión mi trabajo», «mi labor consiste en enseñar a otros sacerdotes a descubrir la belleza de las celebraciones: de la misa, de los sacramentos… y ayudando a los sacerdotes, sé que estoy llegando a mucha más gente, el beneficio se multiplica».

Por su parte Mario, argentino, fue siguiendo poco a poco las señales que Dios le iba poniendo, aceptando «los tirones que Dios me daba para atraerme hacia Él». En su etapa de disc jockey, Mario veía que, a pesar de que «estábamos en el lugar más divertido de la ciudad, y sin embargo no bastaba. La gente seguía inquieta, buscando la felicidad en las actividades más normales». De ahí, a trabajar junto con los agricultores en el altiplano boliviano donde se dio cuenta de que las necesidades básicas de los aymaras no sólo eran «salud, agua, educación, electricidad y caminos»; «¡tenían una necesidad básica: la vida interior!» Mario se ordenó sacerdote el 5 de mayo y ahora «será Dios quien les ayude a través de mí».

Gilberto Garrido decidió cambiar sus planes por los de Dios, dejó la ingeniería de la construcción para hacerse sacerdote. Se conmovió al escuchar en Misa un texto de Isaías donde Dios dice Mis planes no son vuestros planes, vuestros caminos no son mis caminos.«Aquello me entró en el corazón, directo. Desde entonces esas palabras resuenan en mis oídos», afirma Gilberto, quien también reconoce que «no es una decisión de la noche a la mañana. Quien practica la fe, percibe la necesidad de Dios que hay en el mundo. Y para acercarse a Dios, hacen falta sacerdotes».

Dean Johnpaul se acercó a Dios porque un amigo le invitó a un retiro espiritual y le sorprendió «la libertad que tenía cada uno para tratar a Dios». «De joven era bastante rebelde. Mi primer nombre es Dean, como James Dean, ese rebelde sin causa», pero ahora Dios ha querido otra cosa para él: «escogí Económicas», pero Dios «quiere que administre la gracia y ayude a crear unidad en su Iglesia».