El Papa reza por las víctimas del desprendimiento de tierra en China - Alfa y Omega

El Papa reza por las víctimas del desprendimiento de tierra en China

Al final del rezo de la oración mariana del Ángelus el Papa Francisco recordó a las víctimas los damnificados del desprendimiento que sepultó el pasado sábado una aldea en Sichuan (China) y se refirió a la beatificación del obispo Matulionis, en Lituana, asesinado por odio a la fe en 1962

Redacción

El Papa Francisco, tras saludar a los fieles y peregrinos presentes en la plaza de San Pedro, recordó el desastre natural ocurrido en China por lluvias torrenciales. La plegaria del Pontífice se dirigió a las víctimas y los damnificados: «Expreso mi cercanía a la población china de Xinmo, golpeada por un desprendimiento causado por fuertes lluvias. Rezo por los difuntos y los heridos y por todos los que han perdido su casa. Dios consuele a las familias y apoye a los socorristas».

En sus saludos, Francisco también resaltó la beatificación en Vilna (Lituania) del obispo Matulionis, asesinado por odio a la fe en 1962, cuando tenía cerca de 90 años. De él, dijo, fue un «valiente defensor de la Iglesia y de la dignidad del hombre».

Oración por los cristianos perseguidos

Durante la oración mariana, el Papa señaló que también en nuestros días está presente en el mundo la persecución contra los cristianos e invitó a rezar por nuestros hermanos y hermanas perseguidos, alabando a Dios por su valiente testimonio de fidelidad a la fe. «Su ejemplo nos ayuda a no dudar en tomar posición en favor de Cristo».

Con el Evangelio del XII Domingo del tiempo ordinario, el Santo Padre recordó las palabras de Jesús instruyendo a sus discípulos para la misión. «El envío a la misión de parte de Jesús no garantiza a los discípulos el éxito, así como no los pone a salvo de fracasos y de sufrimientos». Esto, aseveró, «asusta un poco, pero es la verdad».

El Papa recordó que «no existe la misión cristiana en tranquilidad plena», pero «debemos considerar estas dificultades como la posibilidad para ser aún más misioneros y para crecer en aquella confianza en Dios, nuestro Padre, que no abandona a sus hijos en la hora de la tempestad».

También en nuestros días, recalcó, «está presente la persecución contra los cristianos. Nosotros oramos por nuestros hermanos y hermanas que son perseguidos y nosotros alabamos a Dios porque, a pesar de ello, siguen testimoniando con valentía y fidelidad su fe. Su ejemplo nos ayuda a no dudar en tomar posición en favor de Cristo, testimoniándolo con valentía en las situaciones de cada día, aun en contextos aparentemente tranquilos». En efecto, «una forma de prueba puede ser también la ausencia de hostilidades y de tribulaciones. Además de “como ovejas entre lobos”, el Señor, también en nuestro tiempo, nos manda como centinelas en medio de la gente que no quiere que la despierten del adormecimiento mundano, que ignora las palabras de Verdad del Evangelio, construyéndose sus propias verdades efímeras. Y si vamos allí o vivimos allí y decimos las Palabras del Evangelio, esto incomoda y no nos mirarán bien». Pero en todo ello «el Señor nos sigue diciendo, como les decía a los discípulos de su tiempo: “¡No teman!”».

«Jesús no nos deja solos porque somos preciosos para Él», concluyó.

RV / Redacción