«Las alegrías» y «las noches oscuras» del Papa - Alfa y Omega

«Las alegrías» y «las noches oscuras» del Papa

Con algunas semanas de retraso, Benedicto XVI celebró el lunes su 85 cumpleaños y séptimo aniversario de Pontificado con los cardenales de la curia, en la Sala Ducal del Palacio Apostólico Vaticano. El Papa agradeció a Dios «los años que me ha concedido, con tantos días de alegría», no sin «noches oscuras», que, «en retrospectiva», se termina comprendiendo que «eran necesarias y buenas y motivo de agradecimiento»

RV

El Santo Padre elevó, en primer lugar, su acción de gracias al Señor: «Agradecimiento, ante todo, al Señor por los años que me ha concedido, con tantos días de alegría y momentos estupendos, pero también con noches, que a pesar de ser oscuras, luego, en retrospectiva, se comprende que también las noches eran necesarias y buenas y motivo de agradecimiento».

Además, el Papa hizo hincapié en el compromiso de la Iglesia en favor de la verdad, para impulsar la derrota del mal que quiere dominar el mundo: «Vemos cómo el mal quiere dominar el mundo y cuán necesario es luchar contra el mal, que asume tantas formas de violencia y algunas veces se confunde con el bien, para destruir los cimientos morales de la sociedad».

Benedicto XVI evocó a san Agustín y destacó que en la lucha entre los dos amores –el amor a sí mismo hasta el desprecio de Dios, y el amor a Dios, hasta el desprecio de uno mismo, en el martirio– es muy importante poder contar con los amigos: «Nosotros estamos en esta lucha, en la cual es muy importante tener amigos. Y en lo que a mí se refiere, yo estoy rodeado de los amigos del Colegio Cardenalicio: son mis amigos y me siento en casa, me siento seguro en esta compañía de grandes amigos, que están conmigo y así estamos todos juntos con el Señor».

Amistad y comunión, en las alegrías y en las dificultades –reiteró el Santo Padre a los amigos del Colegio cardenalicio– confiando en el aliento que da el Señor: «¡Gracias por vuestra comunión en las alegrías y en los dolores! Vayamos adelante, el Señor nos ha dicho: tengan valor: yo he vencido al mundo. Estamos en el equipo del Señor, es decir en el equipo victorioso ¡Gracias a todos!».