Paliar los efectos de la sequía con un violín - Alfa y Omega

Paliar los efectos de la sequía con un violín

Quince aldeas de Lokitaung, en el noroeste de Kenia, sufren desde hace un año una intensa sequía que ha dejado a 500 familias en una situación de extrema necesidad. Manos Unidas y la Orquesta Sinfónica, Coro y Escolanía de la JMJ han unido sus voces para recaudar fondos para atajar el problema

José Calderero de Aldecoa
I concierto Voces Unidas. Foto: Orquesta Sinfónica, Coro y Escolanía de la JMJ

Una flauta, un trombón, un violín, un oboe… instrumentos todos con los que se compone una orquesta y, en este caso, instrumentos con los que combatir los efectos de la sequía.

Quince aldeas de Lokitaung, en el noroeste de Kenia, sufren desde hace un año una intensa sequía que ha dejado a 500 familias en una situación de extrema necesidad.

En la zona trabajan desde 2001 las Hermanas Misioneras Sociales de la Iglesia, que ante la gravedad de la situación se puso en contacto con Manos Unidas para atajar el problema.

De esa petición surgió el concierto Voces Unidas, que celebró su primera edición este sábado 17 de junio, y en el que la Orquesta Sinfónica, Coro y Escolanía de la JMJ puso a trabajar a todos los instrumentos para sacar fondos que Manos Unidas entregará a las religiosas y que éstas, a su vez, destinarán a la compra y distribución de agua y alimentos (arroz, maíz, frejol, azúcar, té, aceite y sal).

De esta ayuda se beneficiarán las 2.500 personas que pueblan las quince aldeas citadas, siendo las Hermanas Misioneras Sociales de la Iglesia las que se ocuparán de la compra y distribución de alimentos así como del seguimiento de la situación particular de cada familia beneficiaria.

A la llamada de emergencia de estos 2.500 keniatas respondieron unas 2.000 personas, que el sábado se acercaron en Madrid al Auditorio Nacional para asistir al concierto y contribuir con su dinero a la llamada de socorro.

«En los ideales de la orquesta está la búsqueda de la unión entre verdad, bondad y belleza y, en este caso, es especialmente palpable la unión entre bondad y belleza. Además, vemos que el esfuerzo rinde a favor de otros que lo necesitan. Y, por otra parte, la música adquiere otra dimensión», asegura Pedro Alfaro, presidente de la asociación de fieles de la Orquesta Sinfónica y Coro JMJ.

La sinfonía de la vida

El concierto tuvo dos motivaciones «muy importantes y bonitas para nosotros». La primera, «que era a favor de Manos Unidas», reconoce Pedro Alfaro. Y la segunda, «que estrenábamos la sinfonía de la vida, un proyecto muy especial que está dedicado a la figura del profesor Jerome Lejeune —descubridor de la trisomía 21 y actualmente en proceso de beatificación—».

La sinfonía cuenta con «cinco movimientos que hablan de la vida desde el momento de la concepción hasta la muerte», explica Alfaro. «Habla del ser humano en búsqueda a través de la ciencia, de la familia, del misterio del origen de la dignidad humana…», añade.

La pieza fue grabada por la Orquesta Sinfónica, Coro y Escolanía de la JMJ en julio de 2016 con el Orfeón Donostiarra. Desde entonces, la han interpretado en Budapest en Mayo y el pasado fin de semana en Madrid.

25 nuevas obras

La sinfonía de la vida es la última composición de la Orquesta Sinfónica, Coro y Escolanía de la JMJ, pero desde que terminó la Jornada Mundial de la Juventud —momento en el que «vimos claro que esta unión entre la fe y la belleza era verdaderamente inspiradora para todos nosotros y decidimos continuar con ello»— ya «son más de 25 las nuevas composiciones que hemos hecho», explica el presidente.

Y de cara al futuro, «hemos apostado por la juventud, con el desarrollo de la Escolanía». Aunque Alfaro, sobre todo, apuesta por la «providencia», que es la que «nos ha llevado hasta donde estamos, así que seguiremos confiando en ella». «Llevamos 6 años de recorrido y para los próximos 6 años haremos lo que Dios quiera», concluye.