«Le alimenté como si fuera mi propio hijo» - Alfa y Omega

«Le alimenté como si fuera mi propio hijo»

Enfermera judía israelí amamanta a un bebe palestino tras un accidente grave de su madre

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Foto: www.porisrael.org

Ola Ostrowsky-Zak, de 34 años, enfermera en el departamento de Traumatología del Hospital Hadassah Ein Karem, de Jerusalén, no pensó que su doble turno le traería tantas emociones. Está casada y tiene tres hijos, a uno de los cuales aún amamanta.

Se recibió un aviso que había dos heridos de un accidente en camino al hospital. Llegó una mujer de 25 años gravemente herida, Suher abu Ramile, y su bebé, Yamen, evaluado como herido leve. Lograron estabilizar a la mujer, que fue transferida a la sala de operaciones y de allí, luego, a la sala de cuidados intensivos.

El niño lloraba y Ola pensó que eso era buena señal. Sin embargo, por la noche, una de las enfermeras le contó que el bebé no había comido nada durante las últimas siete horas, y que no lograban que tomara el biberón. Lloraba mucho, estaba muy inquieto e intranquilo. Su familia dijo que él solamente tomaba del pecho de su mamá, con la que había estado absolutamente todo el tiempo hasta ese momento.

El instinto de Ola le dijo entonces que podía amamantarlo ella. «Todavía tengo leche porque mi hijo menor nació hace un año y medio, y sigo las indicaciones de la Organización Mundial de la Salud que recomienda amamantar hasta los dos años de edad», explicó Ola después a los medios de comunicación. «Cuando las tías del bebé oyeron que yo sugerí darle pecho, me preguntaron si realmente estaba dispuesta a ello, y se mostraron muy agradecidas porque no había otra forma de alimentarlo. Yo les dije que por supuesto que sí, que amamanto a mi hijo y que por supuesto puedo amamantarlo a él. Una de ellas me dijo que estaba sorprendida, que no creía que una madre judía aceptaría dar pecho a un bebé musulmán. Su comentario me chocó muchísimo, porque yo no tenía duda de que mi actitud era muy normal y que no sería la única madre judía que estaría dispuesta a hacerlo», dice Ola.

Ola publicó un post en Facebook con la historia, y en poco menos de dos horas recibió más de mil respuestas de mujeres de diferentes partes de Israel que se ofrecían voluntarias para amamantarlo. La mayoría eran judías, porque Ola había publicado el post en hebreo, pero también se ofrecieron varias mujeres árabes.

Ola siguió amamantando a Yamen hasta que le dieron de alta y una de sus tías comenzó a amamantarle. Ola considera que este es el espíritu que subyace en el hospital en el que trabaja: «Se trata a todos de forma igualitaria. Y en los equipos de trabajo hay de todo. Hay médicos, enfermeros, especialistas, estudiantes, internistas, tanto judíos como árabes, distintas comunidades y religiones. Hay igualdad en el tratamiento y en las condiciones de trabajo.

Miles de personas pasan diariamente por el hospital; es una situación muy especial y creo que este es el cuadro verdadero de la convivencia en paz».

Ola sigue en contacto con las tías de Yamen, y cuando fue a visitarle el niño quiso ir enseguida a sus brazos. «Me alegré mucho, y sin duda querré saber qué es de él» en el futuro, dice la enfermera.

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